En un giro inesperado durante la última emisión de «Tu cara me suena», el popular programa de Antena 3 que desafía a sus participantes a imitar a icónicas figuras de la música, la noche se vio envuelta en controversia y drama. Por primera vez en la historia del programa, una concursante, conocida únicamente como Yenesi, optó por vocalizar su descontento ante lo que percibe como una persistente undervaluación de su talento y esfuerzo por parte del panel de jueces. Su descontento la llevó a abandonar el plató momentáneamente, marcando un hito no solo para el programa sino para la televisión de entretenimiento en vivo.
Yenesi, claramente frustrada, expresó su incomprensión ante las bajas calificaciones que ha recibido desde su debut en el concurso. «Creo que a nivel imitación, ni una sola semana, quizás una con Kate Ryan, no he imitado bien. El resto me he dedicado a imitar, que creo que es de lo que va este programa», señaló, antes de hacer hincapié en que el objetivo del programa no es juzgar las habilidades vocales en el mismo sentido que otros programas como «La Voz» o «Operación Triunfo».
La respuesta de los jueces no se hizo esperar. Chenoa, una de las figuras más emblemáticas del jurado y presentadora de «The Floor», tomó la palabra para explicar la naturaleza competitiva del programa. Resaltó que, en el marco de «Tu cara me suena», lo importante es el entretenimiento y la aventura más que las puntuaciones, aunque no desaprovechó la ocasión para hacer un llamado a la autocrítica entre los participantes. «Cuando ves una actuación mejor que la tuya, decir ‘jolín, qué lástima, me van a clavar el cuatro», comentó, ganándose el aplauso del público presente.
Manel Fuentes, el anfitrión del programa, también intervino, remarcando la pasión y el talento de todos los artistas participantes y la complejidad de expresar sensibilidad en un foro tan público. Por su parte, Lolita, destacó el desafío que implica juzgar el talento artístico en un formato como «Tu cara me suena» y dejó claro que el entretenimiento del público es la prioridad, un sentimiento que aparentemente resuena con los espectadores y justifica los altos índices de audiencia del programa.
Este episodio ilustra no solo las presiones y el estrés al que se enfrentan los concursantes de estas competiciones televisivas sino también el delicado equilibrio entre el entretenimiento, la competencia y el respeto hacia el esfuerzo artístico. A medida que «Tu cara me suena» continúa navegando por estas complejidades, el público permanece atento, tanto a las impresionantes imitaciones como a los dramas detrás del escenario que, ocasionalmente, se roban el show.