Emmanuel Macron, presidente de Francia, lanzó un enérgico llamado a la unidad entre diversas fuerzas políticas centristas de cara a las próximas elecciones legislativas, tras criticar severamente los acuerdos entre varios partidos de la oposición, que calificó de «alianzas contra natura». En el marco de su primera aparición pública luego de la cosecha de resultados en las elecciones al Parlamento Europeo y el anticipado anuncio de elecciones legislativas, Macron no escatimó en críticas hacia los movimientos tanto de derecha como de izquierda que buscan hacer frente común contra su gestión.
El mandatario francés se mostró particularmente crítico con la aproximación entre Éric Ciotti, líder de Los Republicanos (LR), un partido de centro-derecha, y el Reagrupamiento Nacional, encabezado por Marine Le Pen, figura prominente de la extrema derecha francesa. Macron calificó esta maniobra política como un «pacto con el diablo», señalando el peligro que representan para el país los extremos políticos.
En respuesta a esta situación, Macron propuso la formación de una alianza más amplia que pueda abrazar a socialdemócratas, verdes y demócratas cristianos, con el fin de contrarrestar el ascenso de la extrema derecha en Francia. Expresó su deseo de congregarse en torno a un proyecto conjunto que excluya a los extremos, haciendo un llamado a «hombres y mujeres de buena voluntad» para unificar fuerzas.
Además, el líder francés no dudó en criticar la coalición de partidos de izquierda y ecologistas que incluyen a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, apuntando a los riesgos que ve en asociaciones con grupos que, según él, han respaldado el antisemitismo, el comunismo y posiciones anti parlamentarias en las últimas semanas.
Otro aspecto destacado de su discurso fue el reconocimiento explícito de su parte de responsabilidad en el ascenso del Reagrupamiento Nacional de Le Pen. Macron admitió que no respondió de manera suficientemente ágil y contundente a las «preocupaciones legítimas» de los franceses, lo que contribuyó al fortalecimiento de la extrema derecha, influida por un «sentimiento de pérdida de control» y degradación en ciertos sectores de la sociedad.
El presidente, en su intervención, enfatizó la necesidad de continuar trabajando para fortalecer la seguridad del Estado y garantizar la aplicación de las leyes, incluidos los textos europeos destinados a disminuir la inmigración ilegal. Estas declaraciones se dan en un contexto de enfrentamiento abierto con figuras de la oposición, como Mélenchon, quien acusó a Macron de fomentar una «estrategia del caos».
La disolución sorpresa de la Asamblea Nacional por parte de Macron y el anuncio de elecciones legislativas, que se celebrarán en un formato de dos vueltas a finales de junio y principios de julio, marcan el inicio de una de las campañas más breves en la historia reciente de Francia. Con los diputados de Macron manteniendo hasta ahora una mayoría en la Asamblea y el Reagrupamiento Nacional posicionándose como la fuerza dominante en la oposición, los resultados de las próximas elecciones serán cruciales para definir el futuro político del país.
