El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha llamado la atención sobre la necesidad de que Europa fije su propia “estrategia de autonomía”. La razón de esta declaraciones es la de poder alejarse del conflicto que se está gestando entre los Estados Unidos y China.
El presidente francés ha afirmado que la Unión Europea debe renunciar a seguir la pauta del conflicto que mantienen las dos potencias y diseñar su propia estrategia para evitar que los acontecimientos en Asia y América del Norte afecten los intereses de los países europeos. Esta actitud, según Macron, puede facilitar que la UE sea un actor protagonista a nivel internacional.
La crisis que se está desatando a nivel mundial entre Estados Unidos y China está causando inestabilidad económica a nivel global. Esto obedece a las medidas arancelarias y de control tecnológico que el Gobierno de Donald Trump ha decidido aplicar a la economía china. El resultado de estas decisiones políticas es la aparición de una tendencia al cierre de Estados Unidos y a una preocupante oposición comercial entre ambos países.
En este contexto, la Unión Europea debe responder al desafío que se plantea con una visión clara y autónoma, y con una estrategia definida que permita a los países europeos fijar sus propios objetivos y trabajar de forma concertada. Macron ha pedido que se apueste por una Europa que sea capaz de dotarse de un nuevo impulso y que haga frente a los retos que se presentan. De esta forma, Europa podrá tener un papel relevante en la política internacional y tomar decisiones importantes que le permitan defender sus propios intereses.
Por todo ello, Macron ha asegurado que Francia seguirá impulsando una política internacional que se centre en la intervención concertada de todas las fuerzas europeas, y que fomente una mayor cooperación en todos los ámbitos, especialmente en el económico y en el tecnológico. Asimismo, ha destacado la necesidad de que la UE se aleje de los intereses de los Estados Unidos y China y defina una política propia basada en la cooperación y el diálogo, que les permita avanzar hacia un horizonte de crecimiento sostenible y una economía sólida.
En definitiva, Macron ha marcado la pauta de la agenda europea en las relaciones internacionales, defendiendo un enfoque más autónomo y comprometido con los desafíos futuros. El presidente francés ha abierto el debate sobre la necesidad de construir nuevas formas de colaboración para hacer frente a los retos del siglo XXI, que permitan superar la confrontación y construir un mundo más justo y equitativo, y para ello la UE debe diseñar una propuesta propia que la aleje del marco de intereses y presiones de otras potencias mundiales.
