En Venezuela, la tensión política ha escalado tras el anuncio de María Corina Machado, destacada líder de la oposición, quien ha convocado una nueva movilización para este miércoles 28 de agosto, justo un mes después de las elecciones presidenciales cuyos resultados han sido ampliamente disputados. Este llamado busca protestar contra lo que se considera un polémico triunfo de Nicolás Maduro, rechazado por significativas fracciones de la comunidad internacional.
La convocatoria de Machado, realizada a través de un mensaje en la red social X, invita a los ciudadanos a protestar respaldando la victoria que, según la oposición, obtuvo el candidato Edmundo González en las urnas el pasado 28 de julio. «Acta mata sentencia,» enfatizó Machado, haciendo alusión a las actas de votación que, según ella, demuestran una «victoria apabullante» de la oposición, las cuales han sido publicadas en una página web.
La líder de la oposición también denunció la falta de acción por parte del chavismo, acusando al régimen de esconderse detrás de instituciones como el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE), a los que califica de sumisos ante las demandas de transparencia electoral.
Mientras tanto, el chavismo no se ha quedado atrás y, a través de Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, anunció que sus seguidores también tomarán las calles el mismo miércoles para celebrar lo que consideran una «gran victoria popular» en las elecciones del 28 de julio. Cabello aseguró que la movilización tiene como objetivo «celebrar la victoria y prepararnos para lo que viene».
Esta polarización de fuerzas presagia un día de manifestaciones potencialmente tenso, reflejando la profunda división que atraviesa la sociedad venezolana. La confirmación de la victoria de Maduro por parte del TSJ, a pesar de las dudas expresadas no solo a nivel local sino también internacional, ha exacerbado la situación, motivando a la Plataforma Unitaria Democrática a movilizarse masivamente como ya lo hicieron el pasado 17 de agosto.
Los eventos de esta semana son un claro indicativo de que, lejos de encontrar soluciones a la crisis política y social que vive Venezuela, las partes se encuentran más atrincheradas que nunca, con una oposición que busca validar en las calles lo que considera un triunfo electoral usurpado y un gobierno decidido a mantenerse en el poder a toda costa. Con el país en punto muerto y la comunidad internacional observando atentamente, el futuro de Venezuela sigue siendo incierto.
