El regreso de Lydia Lozano a Telecinco ha sido el tema del momento, causando revuelo entre sus antiguos compañeros de trabajo. En su primer programa de ¡De viernes!, donde también comenzará a colaborar, la conocida periodista del corazón hizo comentarios que muchos interpretaron como críticas veladas a quienes fueron sus compañeros en Sálvame.
Durante la entrevista, Lydia compartió lo complicado que han sido para ella los últimos dos años. “He estado totalmente desubicada, lo he pasado francamente mal. Casi no salía, y ni siquiera celebré mi cumpleaños”, confesó, abriendo una ventana al dolor que le ha generado su distanciamiento del mundo televisivo que la vio nacer. Para aquellos que han seguido su trayectoria, estas palabras sin duda llevan un peso emocional, revelando el impacto que su situación personal ha tenido en su vida y carrera.
La reacción no se hizo esperar. María Patiño, visible y claramente molesta, publicó en redes sociales un comentario que dejó entrever su malestar: “Me da pena por ella”. Este pequeño pero contundente mensaje generó especulaciones sobre una posible respuesta en el programa de No somos nadie, amenazando con reacciones más amplias en el gremio.
Sin embargo, Lydia no quiso esperar a que sus excompañeros le respondieran. Al día siguiente, hizo una aparición sorpresa en el programa Fiesta de Emma García, donde trató de aclarar sus declaraciones. “La gente no me entendió. Estos dos años he trabajado, me he partido la espalda dos veces en Baila como puedas… han sido dos años de operaciones”, explicó, defendiendo su situación y reiterando su cariño por aquellos que han sido parte de su vida laboral.
Su anhelo de reconciliación quedó patente cuando mencionó que extrañó a sus compañeros y que les había “echado muchísimo de menos”. “Hemos sido, como decía María, un pack durante muchos años. Pero ya está, ya está”, remató, buscando cerrar la polémica que ya ha comenzado a marcar su regreso a la pantalla.
Con un aire de esperanza y alivio, Lydia Lozano se reafirma en su nuevo recorrido en la televisión, dejando atrás las sombras de sus experiencias pasadas y abrazando la emoción de volver a estar frente a las cámaras. Después de todo, en el mundo del espectáculo, las emociones son tan reales como la propia pantalla.