Recogiendo la labor de las religiosas adoratrices en Ciudad Real
Las religiosas adoratrices han dejado una huella profunda en Ciudad Real, brindando ayuda y apoyo a mujeres víctimas de trata, prostitución y violencia. En el marco de la celebración del Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres y en conmemoración de los 85 años de la llegada de esta congregación a la ciudad, se ha llevado a cabo un merecido homenaje en el Antiguo Casino.
El homenaje incluyó una ponencia sobre la “Realidad y retos de la violencia de género. Pedagogía del amor en adoratrices” y un recital en el que participaron diversos poetas que contribuyeron con sus versos al libro ‘Palabras en silencio’ coordinado por Luis Díaz Cacho.
La labor de las adoratrices ha sido fundamental, habiendo ayudado a más de 8140 mujeres de todo el mundo hasta el año 2022. Antonia Pérez Cabrera, adoratriz, destacó los desafíos iniciales al trabajar con víctimas, resaltando el cambio que han logrado en las mujeres que han sido su apoyo, viendo cómo han pasado del ‘no’ al ‘sí’ en cuanto a su capacidad, valía y fuerza.
La concejal de Servicios Sociales, Aurora Galisteo, elogió la labor de las adoratrices, reconociendo que muchas mujeres no habrían tenido una segunda oportunidad de no ser por ellas. Galisteo describió a estas mujeres como ejemplos de coraje y valentía.
La Congregación de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad fue fundada en 1856 por Santa María Micaela. Tras la Guerra Civil, llegaron a Ciudad Real y establecieron un centro de acogida y reinserción que brindó apoyo a innumerables mujeres necesitadas.
El acto también incluyó la lectura de poemas de varios autores y contó con la actuación musical del cantautor Vicente Castellanos.
En resumen, el homenaje a las religiosas adoratrices en Ciudad Real reconoció su invaluable contribución a la lucha contra la violencia de género y su incansable labor en apoyo a las mujeres más vulnerables. Su presencia ha sido un faro de esperanza y empoderamiento para muchas, dejando una huella imborrable en la comunidad.