Estados Unidos da luz verde a la venta de pollo de laboratorio: el chef José Andrés podría sumarsea la lista de clientes

Por primera vez, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha autorizado a dos empresas a comercializar pollo creado en laboratorio a partir de células animales. Esta decisión abre las puertas para el consumo de carne generada en laboratorio, marcando un hito en la industria alimentaria.

Las empresas beneficiadas por este paso histórico son Upside Foods y Good Meat, cuyas etiquetas de productos fueron revisadas y aprobadas por el Departamento de Agricultura. Anteriormente, en noviembre, ambas compañías habían obtenido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Tras recibir el visto bueno, estas empresas anunciaron que su carne de pollo estaría pronto a disposición en algunos restaurantes.

Uma Valeti, CEO y fundador de Upside Foods, consideró que esta aprobación «cambiará fundamentalmente la forma en que la carne llegará a nuestra mesa», destacando que se trata de un paso crucial hacia un futuro más sostenible que preserve tanto la elección como la vida.

Por su parte, Josh Tetrick, CEO de GOOD Meat, afirmó: «Hemos sido la única empresa en vender carne cultivada en cualquier parte del mundo desde que la lanzamos en Singapur en 2020, y ahora se aprueba su venta a los consumidores de la mayor economía del mundo».

Tras obtener la autorización, Upside Foods recibió su primer pedido del restaurante Bar Crenn, galardonado con tres estrellas Michelin, en San Francisco. Good Meat, en cambio, inició la producción de su primer lote, que será vendido al reconocido chef y filántropo español José Andrés. Este último ofrecerá el producto en un restaurante de Washington, cuya identidad aún no se ha revelado.

La carne generada en laboratorio, un concepto que aspira a revolucionar la industria, permitiría a las personas consumir proteínas animales sin los perjuicios medioambientales asociados a la ganadería y sin causar sufrimiento animal.

No obstante, un estudio reciente de la Universidad de California en Davis sostiene que el impacto ambiental de la carne cultivada en laboratorio podría ser superior al de la carne convencional, debido a la energía requerida y los gases de efecto invernadero emitidos durante todas las etapas de producción.

A pesar de estos desafíos, la aprobación de la venta de carne de laboratorio en Estados Unidos marca un paso significativo en la transición hacia una industria alimentaria más sostenible y consciente del bienestar animal.

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