Los parques arqueológicos y yacimientos de Castilla-La Mancha, gestionados por la Junta de Comunidades, han experimentado una notable afluencia de público en el primer semestre del año 2024, alcanzando más de 29.600 visitas. Este incremento en el número de visitantes refleja el creciente interés por el patrimonio histórico y cultural de la región.
Durante una visita al Parque Arqueológico del ‘Tolmo de Minateda’, en Hellín (Albacete), el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, destacó la relevancia turística de este tipo de enclaves patrimoniales, particularmente el ‘Tolmo de Minateda’, que se ha posicionado como el cuarto destino más visitado de la región con 3.586 visitantes. La presencia de Pastor, así como de otras autoridades provinciales y locales, subraya la importancia que la Junta otorga a la promoción y conservación del patrimonio arqueológico.
En recientes años, se han implementado diversas medidas para mejorar la experiencia de los visitantes y la conservación de los parques arqueológicos y yacimientos. Entre estas, se incluye la mejora de la accesibilidad, la puesta en valor de los espacios y la gratuidad de la entrada. Estas iniciativas han contribuido no solo a salvaguardar el legado cultural de la región, sino también a hacerlo accesible a un público más amplio.
El Parque Arqueológico del ‘Tolmo de Minateda’, en particular, ha sido objeto de importantes intervenciones centradas en la consolidación de estructuras y la recuperación de elementos arquitectónicos de significación, como la basílica y estructuras adyacentes. Estas actividades han incluido la estabilización de estructuras anexas, la mejora de la cubierta del baptisterio y la conservación de restos monumentales de la época visigoda. Todo esto ha tenido un coste superior a los 240.000 euros, financiados a través de los Fondos de Recuperación Transformación y Resiliencia, que han apoyado un total de 19 actuaciones en espacios patrimoniales en la región.
El yacimiento de ‘El Tolmo de Minateda’, destacado por su ocupación humana desde tiempos del Neolítico, ofrece una ventana única a la historia, presentando restos que datan desde la Edad del Bronce. Este espacio, que incluye tres cerros amesetados, sus laderas y zonas bajas adyacentes, se sitúa como un claro ejemplo de cómo el patrimonio histórico puede convertirse en un potente aliciente turístico y cultural, generando a su vez un impacto positivo en la comunidad local y la economía de la región.
La apuesta de Castilla-La Mancha por la conservación y promoción de su patrimonio arqueológico demuestra un firme compromiso con la protección de su historia y cultura, ofreciendo a la vez oportunidades de desarrollo y conocimiento para residentes y visitantes.
