El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha anunciado que los Veintisiete estudiarán «cualquier propuesta» planteada por la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) para restaurar el «orden constitucional» en Níger, al término de una reunión de ministros en la que se ha pactado la futura imposición de sanciones contra los líderes golpistas y en la que se ha dejado claro que lo ocurrido en Gabón difiere por las dudas relativas a las últimas elecciones.
La reunión informal de ministros de Exteriores de la UE, celebrada este jueves en Toledo, ha contado entre sus invitados con el principal representante diplomático de quien, a día de hoy, sigue siendo considerado el Gobierno «legítimo» de Níger. «Ya tenemos un apoyo político y moral» por parte de la UE, ha destacado en declaraciones a la prensa el ministro de Exteriores nigerino, Hassoumi Massoudou, que ha precisado que lo que quieren ahora es que los Veintisiete «acompañen a la CEDEAO». «Ese es el mensaje que hemos traído y creo que nos han escuchado», ha añadido.
En este sentido, tanto él como el presidente de la comisión de esta organización, Omar Touray, han explicado a los ministros europeos la postura adoptada por la CEDEAO y las gestiones que ha venido haciendo y han respondido a las «preguntas legítimas» que les han formulado estos. La CEDEAO, ha subrayado Touray, «ha adoptado una posición muy firme contra la acción que han emprendido algunos miembros del Ejército de Níger».
Entre las opciones que baraja el bloque figura la posibilidad de una intervención militar, una hipótesis sobre la que tanto Borrell como el ministro español, José Manuel Albares, han evitado pronunciarse alegando que no está aún sobre la mesa. Coinciden en que es necesario «restaurar el orden constitucional» y en que, en este contexto, es la CEDEAO quien lleva la voz cantante, ya que son necesarias «soluciones africanas para problemas africanos».
La UE privilegia la vía diplomática, pero ante la reticencia de la junta militar a revertir el golpe de julio, ha acordado ya el inicio de sanciones individuales en línea, «estrictamente», con el camino marcado por la CEDEAO. Habrá excepciones humanitarias, ha aclarado Borrell, para que «las sanciones no se conviertan en un castigo adicional para el segundo país más pobre del mundo».
«Estamos abiertos a considerar las propuestas concretas y detalladas (de la CEDEAO), pero nuestra disposición a considerar y estudiar las propuestas que hagan es plena», ha añadido el Alto Representante. «¿Qué es lo que va a venir después? No lo sé. Lo decidirá la CEDEAO», ha señalado en rueda de prensa.
Borrell ha aprovechado, además, para subrayar la «solidaridad» europea con Francia, después de que la junta ordenase la salida de su embajador y que este jueves incluso diese orden a la Policía de expulsarle alegando que, una vez vencido el plazo concedido inicialmente para abandonar el país, carece de inmunidad diplomática.
Tanto Borrell como Albares han reclamado la liberación de Bazoum, la «autoridad elegida democráticamente» en Níger, y han resaltado la importancia de trabajar en favor de la estabilidad en el Sahel. Son «vecinos» africanos «muy directos», como ha señalado el jefe de la diplomacia española.
El Alto Representante europeo ha incidido en la posición que ya había dejado ver antes de la reunión y deslizado «diferencias» entre los casos de Níger y de Gabón –este último ya fuera de la órbita de la CEDEAO»–. En Gabón, según Borrell, las elecciones que garantizaban un nuevo mandato al presidente Ali Bongo ya generaban «muchas dudas» en cuanto a su «validez democrática».
No obstante, acto seguido también ha subrayado que «nada justifica el golpe» y ha abogado en el caso de Gabón por resolver cualquier diferencia mediante un diálogo inclusivo: «Es mejor manera que la fuerza para que se respete la voluntad del pueblo gabonés».
La guerra en Ucrania ha sido otro de los grandes temas de este consejo informal, que ha contado con la presencia del ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba. La UE busca «una paz justa» en la que Ucrania no tenga que renunciar «a su integridad territorial y soberanía», por lo que ha querido enfatizar que estará del lado de Ucrania «hoy, mañana y siempre» y en diferentes ámbitos, desde el político al económico, pasando también por el militar, «durante la guerra y después de la guerra».
Borrell ha llevado a la reunión su propuesta para destinar 20.000 millones de euros en los próximos cuatro años, a razón de 5.000 millones al año, en el marco del Mecanismo Europeo para la Paz para sostener en el tiempo de manera predecible la ayuda militar a Ucrania. También quiere que se eleve hasta los 40.000 los militares ucranianos que recibirán formación de Estados miembro de la UE.
El jefe de la diplomacia europea ha reiterado su apoyo a la fórmula de paz presentada por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, «la única que se está discutiendo en foros internacionales», y ha advertido de que la decisión de Rusia de romper el acuerdo para exportar cereales está haciendo que países que a priori pudiesen ser más equidistantes «culpen» ahora a Moscú del empeoramiento de la seguridad alimentaria.
Ucrania tiene también pendiente conocer el informe final de la Comisión Europea para su posible adhesión al bloque. Albares ha subrayado el «compromiso» de España, como presidenta de turno del Consejo, para «relanzar» el proceso una vez se conozca el informe de Bruselas, si bien no hay plazos fijados iniciar conversaciones de adhesión –Kuleba confía en que sea este mismo año–.
