El programa «La revuelta» no se anduvo con rodeos este lunes, ofreciendo una plataforma que trascendía el entretenimiento y se adentraba en realidades sociales difíciles. David Broncano, conocido por su agudeza y sentido del humor, recibió en su plató a Toni, Sulami y Chule, tres habitantes de la Cañada Real y protagonistas de «Ciudad sin sueño», la nueva película de Guillermo Galoe que incluye una fuerte crítica al contexto social en el que fue filmada.
Desde el inicio, Broncano dejó claro el propósito de la presencia de estos invitados, quienes no son actores convencionales, sino vecinos cuya vida cotidiana se ha visto marcada por situaciones extremas. En sus palabras, son “personas que se intentan buscar la vida día a día”, enfrentándose a la alarmante realidad de un barrio que padece cortes de luz desde hace más de cinco años. Una situación que no solo afecta su calidad de vida, sino que también pone en riesgo el futuro de más de 4.500 personas, una buena parte de ellas, niños.
La conversación tomó un giro significativo cuando Broncano indagó sobre la atención que las instituciones han prestado a la Cañada. Sus tres invitados no se contuvieron al opinar sobre la falta de visitas de figuras públicas, incluyendo la Casa Real. “Ojalá se pasaran por allí y vieran lo que estamos pasando”, clamaron. Sulami enfatizó su deseo de ser vistos y reconocidos, no solo por sus dificultades, sino también por su lucha y resistencia. La humorística intervención de Chule, que aludió a Juan Carlos I, aligeró el clima tenso, recordando que, a pesar de todo, es posible encontrar motivos para sonreír.
Los protagonistas explicaron que «Ciudad sin sueño» no es un mero documental, sino una película que refleja una realidad a través de la ficción, interpretada por quienes realmente conocen esa vida. En esta obra, el cine se presenta como herramienta para romper el silencio y dar visibilidad a las historias invisibilizadas. A través de su relato, esta comunidad busca recordarle al espectador que hay personas detrás de los titulares.
Toni, joven de 17 años y carismático en su exposición, hizo una curiosa comparación entre su trabajo y el de Antonio Banderas, ante la mirada atenta y risueña del público. No dudó en expresar su orgullo por compartir su vida a través del cine, acompañando al protagonista de la película, un joven cuya historia refleja los retos de la vida en la Cañada. A pesar de su reciente éxito, Toni también se mantiene con los pies en la tierra, recordando que su verdadero mundo cotidiano sigue siendo el de la chatarra, aunque el cine le ha abierto nuevas puertas.
La forma en que estos jóvenes han tomado su papel en la narración de sus propias vidas resuena con fuerza. «No buscamos dar pena, sino mostrar que somos personas con nuestras vidas y problemas», insistieron, haciendo un llamado a la empatía y, sobre todo, a la humanidad.
En un país donde el cine puede ser tanto un espejo como un refugio, «Ciudad sin sueño» se presenta como una obra necesaria, no solo para visibilizar una realidad doliente, sino para recordar que incluso en la oscuridad existe vida, lucha y, sobre todo, esperanza.

















