El Ejecutivo talibán ha hecho una clara advertencia a Estados Unidos, instando a evitar la repetición de «errores del pasado» y recordando los compromisos del Acuerdo de Doha. Este pronunciamiento responde a las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump, quien ha expresado su deseo de retomar la base aérea de Bagram, que se encuentra bajo control talibán desde la retirada estadounidense en 2021.
En un comunicado, el Emirato Islámico enfatizó que la «independencia y la integridad territorial de Afganistán son prioridades absolutas», reiterando que cualquier intento de intervención militar sería considerado una violación de su soberanía. Trump, por su parte, instó a Afganistán a devolver la base estadounidense, lanzando amenazas de represalias si no se cumplen sus demandas.
Las tensiones se intensifican en un contexto donde el talibán ha manifestado su disposición a establecer relaciones económicas y políticas con Estados Unidos, pero sin la presencia militar estadounidense en su territorio. Mientras el panorama político se complica, la historia de la base de Bagram, construida en la década de 1950 y convertida en un centro estratégico por distintos actores a lo largo de los años, resuena con el eco de antiguas promesas y conflictos en la región.
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