Los residuos agrícolas permitirían a Castilla–La Mancha albergar 305 plantas de biometano

Castilla-La Mancha, una de las comunidades autónomas con mayor potencial de desarrollo de biometano en España, podría albergar 305 plantas de biometano –una fuente de energía renovable y autóctona- aprovechando principalmente los residuos generados por su industria ganadera y agrícola, lo que se traduciría en un potencial de 20,2 TWh/año con el que se podría abastecer el 134% de la demanda de gas natural de la región.

Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’, elaborado por la Asociación Española del Gas, Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic, con el objetivo de analizar el potencial nacional de este gas renovable y aportar conocimiento que ayude en la definición de sus planes de desarrollo y en la estrategia nacional de descarbonización.

La puesta en marcha de estas plantas movilizaría inversiones por valor de 5.058 millones de euros, el equivalente a un 12,8% del PIB de la región en 2020. A esta cifra habría que añadir la necesaria para conectar las plantas a las redes de gas ya existentes, que sumaría otros 488 millones de euros, un grado de inversión que se vería favorecido por la ubicación del 64,9% de dichas plantas en municipios en los que existe red de gas.

Esta apuesta tendría, además, un impacto positivo sobre el empleo en Castilla–La Mancha, dado que se traduciría en la creación de 2.828 puestos de trabajo directos y 5.340 indirectos asociados a la operación de las plantas, así como 4.575 empleos directos y 61.000 indirectos asociados a la construcción.

Los residuos procedentes del sector agrario y ganadero, principales recursos para la producción de biometano en Castilla–La Mancha

Castilla–La Mancha, con casi 113 mil explotaciones agrícolas, cuenta con una de las mayores superficies cultivables del país. Los productos agrícolas más importantes son el cultivo de cereales como el trigo y la cebada, que corresponden a un 14,4% y 30,3% del total nacional, respectivamente. También el viñedo y el olivar, que representan el 48,8% y 30,3%, respectivamente. Esto explica que los residuos generados por estos cultivos supongan el 24% del potencial de generación de biometano en la región. Esta comunidad dispone además de un gran potencial para la producción de biometano a partir de las deyecciones de su gran cabaña ganadera.

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El informe identifica tres tipos de instalaciones con potencial de implementación en la región: 208 plantas de obtención de biometano a partir de residuos agroalimentarios, ganaderos, agrícolas y lodos de EDAR (estación de depuración de aguas residuales); 88 plantas que utilizan como sustrato los residuos generados por los cultivos intermedios; y nueve instalaciones a partir de la gasificación de la biomasa forestal residual.

Toledo concentraría el mayor potencial de generación de toda la comunidad con 2,7 TWh/año. Esta provincia produce seis millones de toneladas de residuos, de los que cinco provienen de su cabaña ganadera. La comarca que concentra un mayor volumen es Talavera, principalmente de tipo ganadero. En Ciudad Real, el potencial de producción de biometano suma 2 TWh/año. Esta provincia, al igual que Cuenca y Albacete, genera entre dos y 2,7 millones de toneladas de residuos anuales.

En cuanto al potencial comarcal, sobresalen las comarcas de Centro (Albacete), Campo de Calatrava (Ciudad Real) y Mancha Alta (Cuenca), en las que el mayor potencial viene dado por los residuos generados en sus campos de cultivo. De otro lado, también destacan las comarcas de Campiña (Guadalajara), Sagra Toledo y Talavera (Toledo), en las que los residuos ganaderos tienen un gran peso, compartido con la paja de cereales.

Toledo, Ciudad Real y Cuenca podrían albergar 86, 71 y 61 plantas de biometano respectivamente para dar una solución medioambiental a sus residuos. Asimismo, se estima que se podrían implementar 87 plantas más entre Albacete y Guadalajara.

Las barreras al despliegue del biometano en Castilla–La Mancha

En palabras de Joan Batalla, presidente de Sedigas: “Los resultados de este informe ponen de manifiesto la oportunidad de Castilla–La Mancha de apostar por los gases renovables y, más concretamente, por el biometano, una solución verde y eficiente en costes para avanzar en la descarbonización. No hay que olvidar que su desarrollo está íntimamente ligado al mundo rural, ya que los residuos ganaderos y agrícolas son una de las principales materias primas para su producción, por lo que su despliegue aportaría mayor riqueza a la economía regional”. 

Aun así, una vez cuantificado el potencial de Castilla–La Mancha en la producción de biometano, su despliegue depende de la superación de una serie de barreras.

“Desde Sedigas consideramos que existen dos principales retos a abordar: por una parte, la necesidad de impulsar y facilitar, a través de incentivos, la conexión de las potenciales plantas a la red gasista ya que, debido a la amplia extensión de la región, la red de gas no abarca la totalidad del territorio”, explica Batalla. “Por otra parte, las administraciones deberían priorizar la valoración energética de los residuos agrarios para la producción de energía renovable frente a otro tipo de valorizaciones”, afirma.

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Un gas renovable con características análogas a las del gas natural

El biometano es un gas renovable de características análogas al gas natural convencional cuya importancia en la transición energética se ha puesto de relevancia especialmente desde el comienzo de la crisis de precios y de suministro derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. De hecho, el Plan REPowerEU de la Comisión Europea, concebido para acelerar la desconexión de Rusia, le otorga un papel protagonista en la consecución de los objetivos de independencia energética europeos, ampliando hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo comunitario de producción para 2030.

El principal valor de este gas renovable reside en que sus posibilidades de desarrollo son especialmente palpables en sectores de difícil electrificación por la naturaleza de sus actividades y en que permite el aprovechamiento de multitud de residuos, solucionando el problema de gestión existente en España e impulsando, por tanto, la economía circular. Asimismo, se evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera de forma natural por la descomposición de los residuos reutilizados para generarlo.

El potencial de biometano habría supuesto un ahorro de 4.000 millones de euros en 2022

España en su conjunto cuenta con un potencial de producción de biometano de 163 TWh/año, una cifra que permitiría cubrir en torno al 45% de la demanda nacional de gas natural y cuyo desarrollo podría haber supuesto un ahorro de unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética en 2022, por la reducción de las compras a países terceros.

La materialización del potencial español de producción de biometano supondría, asimismo, un importante impulso al desarrollo socioeconómico local, ya que conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas a lo largo de todo el territorio, con una inversión asociada estimada de 40.500 millones de euros -el equivalente al 3,6% del PIB– y la generación de cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento.

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