El Salón de Actos de la Diputación de Cuenca ha sido el escenario de una nueva exposición dedicada a la Virgen de las Angustias, con la particularidad de presentar en su núcleo las andas que llevarán los nuevos faldones en la próxima procesión magna, que tendrá lugar el 4 de octubre. Este evento culminará una serie de actos en conmemoración del centenario de la Hermandad. La exposición permanecerá abierta al público hasta el 25 de septiembre en el Palacio Provincial.
La muestra fue inaugurada este sábado por la tarde por la vicepresidenta y diputada de Cultura, María Ángeles Martínez, y José Manuel Vela, secretario de la Hermandad, junto a un considerable número de hermanos y miembros de la directiva de la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, según informaron desde la institución provincial.
Durante la inauguración, Martínez subrayó la profunda devoción que despierta la Virgen de las Angustias en toda la provincia, especialmente en la capital, donde es considerada «casi como una patrona más». La vicepresidenta destacó que el cariño que se profesa a la imagen va más allá de los más de 3.000 hermanos que forman la Hermandad, alcanzando «prácticamente todas las casas de Cuenca». Además, enfatizó la estrecha relación entre la Diputación y la Virgen, resaltando que esta es la patrona de la diócesis y que la institución ostenta el título de Hermana Honorífica de la Hermandad desde 1950. Por ello, insistió en la importancia del apoyo de la Diputación en una celebración de tal envergadura.
En este contexto, el secretario de la Hermandad, José Manuel Vela, expresó su agradecimiento hacia la Diputación por su colaboración en la elaboración de los faldones, reconociendo que sin este apoyo no hubiera sido posible llevar a cabo el proyecto. Vela destacó la atención y el interés mostrados por la vicepresidenta segunda.
Los faldones, patrocinados por la Diputación de Cuenca, han sido diseñados y ejecutados por el artesano José Luis Sánchez Expósito, del taller Bordados Santa Clara de Sevilla, reconocido como uno de los máximos exponentes del bordado cofradiero. Estos faldones presentan una cenefa perimetral de diseño vegetal arquitectónico, donde cada puñal simboliza una de las siete espadas que atravesarán el corazón de María, representando el dolor y sufrimiento que vivió durante la Pasión de su hijo Jesús.