En el marco de la celebración del Día del Libro, celebrado el 23 de abril, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha hecho hincapié en la importancia de la lectura no solo como actividad, sino como una forma de entender y vivir el mundo. A través de un manifiesto, ha subrayado que leer transforma las vidas, al cambiar la manera de percibir, hablar y sentir.
La lectura, según su argumentación, no es una obligación, sino una experiencia que deja huellas profundas en quienes la practican. Estar absorto en un libro, ya sea en un parque, en el transporte público o en la playa, evoca una imagen de búsqueda y calma, una instrospección que activa diversas áreas del cerebro humano, tales como el lenguaje, la memoria y la emoción, facilitando así la creatividad y la empatía. De esta forma, se destaca que leer es viajar, pero no solo a lugares lejanos, sino también hacia el interior de uno mismo, ayudando a comprender tanto otras culturas como la propia.
García-Page ha puesto en valor la labor de quienes participan en el mundo literario, desde escritores hasta libreros, y lo ha calificado como un esfuerzo colectivo necesario para mantener viva la relación con la lectura. En sus palabras, los libros son como «una mirilla maravillosa» que permiten asomarse a vidas ajenas y, en última instancia, a la propia existencia.
La reivindicación de la lectura también se ha extendido a las labores de educadores y familiares, quienes juegan un papel crucial en la transmisión del amor por los libros a las nuevas generaciones. El presidente ha enfatizado que cada razón para leer es fundamental, dado que la lectura es esencial para el aprendizaje y el desarrollo personal.
Al finalizar su mensaje, ha alentado a celebrar no solo el Día del Libro, sino el acto de leer en sí mismo, como un modo de vida que permite experimentar el mundo de forma más intensa y significativa.
