María Corina Machado, figura emblemática de la oposición venezolana, salió clandestinamente de su país en una operación audaz coordinada por la fundación estadounidense Grey Bull Rescue. Este rescate, conocido como «Golden Dynamite», implicó una serie de movimientos estratégicos en un entorno hostil, utilizando rutas terrestres y marítimas para evadir al régimen de Nicolás Maduro. En una travesía que duró entre 12 y 16 horas, Machado, disfrazada y con el rostro alterado para escapar del reconocimiento facial, se trasladó desde un escondite en Caracas hasta llegar a un barco que la sacó hacia el Caribe, antes de ser conducida a Oslo, donde recibió el Premio Nobel de la Paz 2025.
La complejidad del rescate se intensificó durante el trayecto marítimo, realizado en condiciones adversas con olas de hasta tres metros y en completa oscuridad. A pesar de estas dificultades y de perder su GPS en un momento crítico, Machado mostró una calma admirable, aceptando la ayuda de sus rescatistas mientras enfrentaba el peligro de ser descubierta. El líder de la operación, Bryan Stern, subrayó que el evento fue financiado por donantes privados y no implicó recursos del gobierno estadounidense, aunque coordinaron esfuerzos con diversas autoridades para evitar malentendidos.
Una vez en Oslo, tras 11 meses de clandestinidad y a la espera de reunirse con sus hijos, Machado agradeció a quienes tomaron riesgos para garantizar su seguridad. Sin embargo, el futuro es incierto; aunque Stern le recomendó no regresar a Venezuela, él admite que su espíritu combativo podría motivarla a volver. Este episodio refleja no solo las largas y oscuras sombras de la crisis venezolana, sino también la determinación y el riesgo personal que enfrentan aquellos que luchan por la libertad en contextos tan adversos.
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