En el punto de mira del entretenimiento televisivo, Cristina Tárrega sigue acaparando atención. Las recientes apariciones en programas como «El programa de Ana Rosa», donde Máximo Huerta puso en tela de juicio su comportamiento, «Tentáculos» con Kiko Hernández y su propia casa, «Tardear», han encendido el debate sobre su actitud tanto en los platós como fuera de ellos.
La controversia escaló en la tarde del jueves 10 de abril, durante una intervención de Tárrega en el plató de uno de los programas vespertinos de Telecinco. En un giro inesperado, Juan Luis Galiacho aprovechó la ocasión para hacer comentarios punzantes sobre la comunicadora, insinuando que sus reacciones en los platós superaban ampliamente las de otras figuras como Terelu Campos. «Cristina no tiraba el pinganillo, tiraba otras cosas…» señaló Galiacho, desatando un torbellino de reacciones.
Cuando Tárrega volvió a enfrentarse al equipo, se encontró con que Galiacho se había retraído, pero fue Verónica Dulanto y Frank Cuesta quienes no dudaron en echar más leña al fuego repitiendo las acusaciones. Visiblemente molesta, Tárrega se defendió, argumentando el nivel de exigencia que requiere liderar un programa. «El día que lleves un programa y lo saques adelante verás lo exigente que es», replicó, citando su aprendizaje con Xelo Montesinos como una medalla a su profesionalidad.
Galiacho intentó matizar sus comentarios argumentando su presencia en programas nocturnos junto a Tárrega, quien desestimó los reclamos enfrentando el calificativo de «liante». La discusión tomó un giro personal cuando Tárrega trajo a colación un incidente pasado, donde la afectó una reacción inesperada a una llamada durante un programa en vivo, confundiendo su ataque de risa con lágrimas.
La defensa de Tárrega no se detuvo allí. Reafirmó su integridad profesional asegurando al público que siempre ha sido autosuficiente y que nunca ha maltratado a nadie, destacando la importancia de todos los miembros de una producción televisiva, por encima de las figuras estelares y sus egos.
Este episodio ha vuelto a colocar a Cristina Tárrega en el centro de la conversación mediática, mostrando la complejidad de las relaciones y las dinámicas detrás de las cámaras en la televisión española. Con aplausos del público respaldando su postura final, Tárrega no sólo defendió su profesionalismo sino que también destacó la importancia del trabajo en equipo en la industria del entretenimiento.