Esta semana, el panorama europeo se ha visto sacudido por el Informe Draghi sobre la competitividad de la Unión Europea, un documento que alerta sobre la necesidad de cambios radicales para asegurar el futuro de la UE. El informe, elaborado por el ex presidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro italiano, Mario Draghi, fue encargado por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Draghi propone una audaz inversión de entre 750.000 y 800.000 millones de euros para fortalecer la autonomía industrial y geopolítica de Europa, destacando la importancia del sector militar en este esfuerzo.
El análisis de Draghi destaca que la inversión militar no solo beneficia al sector de defensa, sino que tiene repercusiones positivas en el ámbito civil, sobre todo en tecnología. Esta dualidad es vista como clave para cerrar la brecha tecnológica con China y Estados Unidos, rememorando cómo la inversión en defensa impulsó el crecimiento inicial de Silicon Valley. Ursula von der Leyen, quien presentó el informe junto a Draghi, se comprometió a la creación de una comisaría de Defensa durante esta legislatura, reforzando la atención a las propuestas del informe, aunque aún no está definido quién podría encabezar esta comisión.
En un análisis detallado, Draghi identifica las debilidades estructurales de la industria militar europea, como el excesivo gasto público, la dependencia internacional y la falta de coordinación y normalización. Sin embargo, apunta a las fortalezas en ciertos productos y tecnologías que podrían competir con sus homólogos estadounidenses. El informe recalca que ningún Estado miembro por sí solo puede afrontar los desafíos de la defensa en la era de la competición global, sugiriendo la necesidad de una inversión estable y a largo plazo.
El documento establece una serie de objetivos a corto, medio y largo plazo. En el corto plazo, se propone la rápida aplicación de la Estrategia Industrial Europea de Defensa y aumentar el gasto en adquisiciones conjuntas, entre otras medidas. A medio plazo, se busca desarrollar una estrategia industrial de defensa a medio plazo y mejorar la estructura institucional en la competencia de defensa. A largo plazo, el foco está en la innovación y el desarrollo de nuevos segmentos en la defensa.
El Informe Draghi es una llamada de atención sobre la urgencia de reforzar la competitividad de la UE en un mundo dominado por potencias como Estados Unidos y China. Su énfasis en la inversión en defensa y tecnología subraya la necesidad de una Europa más unida y fuerte. La respuesta a este informe podría definir el futuro de la política de defensa y la industria militar europea en las próximas décadas.