Los hermanos Blassi, Jaume y Jordi, han regresado a Cuenca para presentar una exposición en el Museo de Arte Abstracto Español, que refleja una parte esencial de su trayectoria y la de Fernando Zóbel, con quien colaboraron para concebir lo que se ha denominado «el primer museo sin paredes». La inauguración de la muestra, que estará abierta al público hasta el 26 de enero, ofreció una oportunidad para que ambos artistas recordaran su conexión con el icónico pintor y su influencia en el arte contemporáneo.
Durante la apertura, Manuel Fontán, director de exposiciones del museo, recordó cómo llegó a Cuenca el dúo catalán en 1967. Mientras preparaban un viaje por Castilla, fueron animados por el hijo del impresor Ricard Giralt Miracle a visitar el museo que había recién inaugurado Zóbel, lo que culminó en la realización de un reportaje fotográfico que comenzó su relación profesional. Fontán destacó que la colaboración con Zóbel permitió a los Blassi tener un archivo documental de su propia historia, y los considera co-creadores de un museo imaginario que ha hecho accesible el arte a quienes visitan el espacio.
La exposición incluye una variedad de materiales donados por los Blassi, incluyendo fotografías de artistas que se congregaron en Cuenca desde los años 60, así como publicaciones del taller que Zóbel estableció en la calle Pilares. Este taller se convirtió en un punto de referencia para la producción artística y gráfica, permitiendo a los visitantes no solo admirar obras de arte, sino también llevarse un catálogo, una postal o un libro de artista diseñado por ellos.
Jaume Blassi expresó su agradecimiento a la Fundación Juan March por ofrecerles la oportunidad de mostrar su labor junto a Zóbel. Recordó que en aquellos tiempos había un gran deseo de crear, pero las oportunidades eran limitadas, algo que Zóbel supo aprovechar al dar paso a jóvenes artistas. Los hermanos Blassi también recordaron el inicio de su carrera, haciendo referencia al libro «El mundo» de Enric Cartier-Bresson, que fue una inspiración para ellos, así como la influencia de Salvador Bru, quien les abrió las puertas a nuevas posibilidades creativas.
La muestra también refleja la relación que Zóbel cultivó con los Blassi, a quienes guió no solo en aspectos técnicos, sino también en el entendimiento del arte y la vida. «Zóbel fue como nuestro segundo padre», comentó Jaume, añadiendo cómo sus paseos por la naturaleza le enseñaron a apreciar la fotografía abstracta. Jordi compartió anécdotas significativas que ejemplifican el impacto que Zóbel tuvo en su vida y en su carrera.
La exposición es, sin duda, un homenaje a la colaboración creativa que estos tres artistas lograron, así como a la vitalidad cultural que Zóbel impulsó en Cuenca y en el panorama artístico español. La muestra permanecerá abierta para que el público pueda explorar este fascinante legado hasta finales de enero.