Una Familia en Crisis: El Deterioro de las Relaciones entre Lorenzo y Curro
La tensión entre Lorenzo y Curro, que había existido desde el principio, cruzó definitivamente la frontera. El proceso de deterioro entre Lorenzo y Curro alcanza su punto culminante en el instante en que el capitán, en estado de agitación, agredía brutalmente al joven. La crisis escenificada contiene el hito del deterioro en las relaciones familiares, en las que se exime ya cualquier posibilidad de diplomacia.
La violencia «en la familia Castillo» pone de manifiesto que todo ha cambiado en la familia.
Curro, aún herido, también reacciona. Su acción, directa y determinante, pone en el borde de la crisis a la familia; al contrario de otras ocasiones, Curro no se calla ni se repliega: se opone al sistema que lo ha sometido, dispuesto a cambiar el destino de su vida con todas las consecuencias. El joven deja de ser mera víctima de su historia y se hace protagonista activo de su historia, lo que promete cambiar la historia de su propia vida, pero también los términos del dominio en la finca de La Promesa.
Lo más perturbador es que Alonso, sin enterarse de las auténticas razones que han llevado a Curro hasta el límite, se coloca de parte de Lorenzo. Como buen padre travieso, se define sin saber que lo hace a ciegas, lo que deja aún más alejado a Curro. La incomprensión paterna ocupando la posición que ocupa el padre no hiere, sino que, por el contrario, hace que se vuelva aún más fuerte el hecho de que Curro no tenga más opción que romper con lo que siente que le daña —sin importar que eso signifique romper del todo con su familia, hasta tal punto que tenga que alejarse de ella para siempre.