En una nueva entrega de espectacular talento y entusiasmo, «Tu cara me suena», el adorado programa musical de Antena 3, celebró su undécima gala, reafirmándose como la cita imperdible de los viernes noche. Este programa, que ha cautivado a audiencias con sus imitaciones dignas de ovación, está entrando a sus etapas finales con la misma energía con la que inició. Sin embargo, lo que marcó la noche no fueron solo las imitaciones, sino las revelaciones y anécdotas que los miembros del jurado compartieron, especialmente Lolita Flores, quien con su carisma y espontaneidad, logró robarse las risas y el corazón del público una vez más.
La gala se vio envuelta en una sensación de nostalgia y camaradería, elementos clave que han configurado el ADN de «Tu cara me suena» a lo largo de las temporadas. Luego de la imitación de Supremme de Luxe por Javier Solís, que levantó de sus asientos a los miembros del jurado en aplausos y ovaciones, todos excepto Lolita Flores. La querida artista y jurado bromeó en respuesta a esta acción repetitiva con un comentario lleno de humor: «Parece que estoy en los caballitos: siéntate, levántate, siéntate, levántate…», provocando carcajadas en el estudio. Manel Fuentes, el anfitrión del programa, no perdió la oportunidad de añadir a la broma citando a Teresa Rabal y su canción que involucra levantarse y sentarse, un gesto que fue el preámbulo perfecto para la anécdota que Lolita estaba a punto de compartir.
El momento culminante de la noche vino acompañado de una historia personal de Lolita Flores, relacionada con su hijo Guillermo y la canción de Teresa Rabal. Confesando primero con un tierno «¡Es que me va a matar!», Lolita relató cómo su hijo, a la tierna edad de 14 o 15 años, solía tener muchas «amigas», cada una practicante de diferentes oficios según contaba a su madre, lo que desató una serie de bromas y comentarios entre el jurado. La situación, presentada con el humor y la gracia característicos de Lolita, resaltó cómo las anécdotas familiares pueden ser fuente de comedia y ternura, incluso en un escenario tan público.
La respuesta del resto de los miembros del jurado y participantes ante la revelación fue instantánea, lanzando bromas sobre el temprano «éxito» del hijo de Lolita entre las médicos y abogados. La dinámica entre los jueces y el presentador, junto con la participación del público presente, reflejó la atmósfera de diversión y familiaridad que «Tu cara me suena» busca ofrecer cada semana.
La noche de imitaciones y confesiones dejó claro que, más allá de las competencias y las presentaciones, «Tu cara me suena» es un espacio de encuentro, risas y, sobre todo, de humanidad compartida. Lolita Flores, con su espontaneidad y calidez, demostró una vez más por qué es una figura indispensable en el panorama artístico español y en el corazón de los seguidores del programa. Con cada gala, «Tu cara me suena» refuerza su posición como un espacio único de entretenimiento familiar en el panorama televisivo actual.