Las cooperativas agroalimentarias de Castilla-La Mancha se consolidan como uno de los motores económicos y sociales clave para la región, con una notable influencia en el sostenimiento de la población rural y generación de empleo. Así lo ha indicado Julián Martínez Lizán, consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, quien destacó el incremento constante en la facturación de estas entidades durante la última década.
Antes de su participación en el Consejo Rector de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, Martínez Lizán, junto a Ángel Villafranca, presidente de la organización, y Juan Miguel del Real, su director, resaltó la importancia del papel desempeñado por las cooperativas en la dinamización de los pueblos y la contribución a la economía rural.
En el ámbito exportador, los productos agroalimentarios se mantienen como el sector líder de Castilla-La Mancha con un valor de 1.502 millones de euros en los primeros cinco meses de 2024, lo que equivale al 35% del total exportado por la región. Esta cifra representa un significativo crecimiento del 16,08% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El consejero puso en relieve la trayectoria de éxito de las cooperativas en la expansión a nuevos mercados internacionales, donde han logrado colocar productos de mayor valor añadido. Esta evolución económica es un testimonio de la calidad de las materias primas producidas localmente y de una estrategia de comercialización bien definida que se ha traducido en una notable duplicación de la facturación en aproximadamente diez años.
El impacto social de las cooperativas es igualmente notable, en especial en términos de empleo estable y de calidad y en la promoción de la igualdad de género en el medio rural. Aproximadamente un tercio de los miembros de las cooperativas son mujeres, un porcentaje que se ha replicado en un incremento de la participación femenina en los consejos rectores y en una representación cercana al 40% en sus plantillas laborales.
Martínez Lizán también resaltó el papel vertebrador de las cooperativas en la mayoría de los pueblos de la región, donde a menudo constituyen la principal o única empresa. En esta línea, prestan servicios esenciales para atender las necesidades de la población rural más allá de sus actividades comerciales.
Las cooperativas de Castilla-La Mancha conforman la organización con el mayor número de asociados en la región, superando los 160.000 miembros, una cifra que representa a más de 600.000 personas en un territorio que alberga dos millones de habitantes. Este dato refleja que cerca de uno de cada tres residentes en Castilla-La Mancha tiene relación directa con el cooperativismo.
