El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, ha manifestado sus reservas ante las críticas recibidas por parte de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), en relación a la actual situación del sector ganadero en la región. En una rueda de prensa reciente, Martínez Lizán ha defendido la estricta supervisión y control que existe en las explotaciones ganaderas, respondiendo a los comentarios del presidente regional de Asaja, José María Fresneda, quien el lunes previo había calificado de «dramática» la coyuntura por la que atraviesa la ganadería, enfatizando la necesidad de aumentar el apoyo en aspectos vitales como sanidad, seguros y subvenciones.
El consejero ha sostenido que cada explotación ganadera de la región se encuentra sujeta a un riguroso sistema de control y vigilancia sanitaria. Ha detallado que la supervisión se efectúa desde las comarcas ganaderas pertenecientes a la propia Consejería y ha puntualizado que la labor de los veterinarios es esencial, ya que contribuyen a que los ganaderos mantengan sus explotaciones bajo control y prevengan o erradiquen cualquier enfermedad que pudiera afectarlas.
A modo de ejemplo, Martínez Lizán ha mencionado el brote de viruela ovina que impactó a la Comunidad Autónoma, catalogándolo como un desafío que, no obstante, demostró la capacidad de respuesta contundente del sistema, logrando erradicar esta enfermedad en menos de un año. También se ha referido a la enfermedad hemorrágica epizoótica, cuyo ingreso en la región generó gran alarma, pero cuyas consecuencias se mantuvieron restringidas a un 1% de mortalidad y menos del 7% de morbilidad.
Reconociendo que ciertos problemas de salud animal pueden presentarse abruptamente, el consejero ha destacado que, pese a esto, Castilla-La Mancha ha incrementado su presupuesto en un 14,5% para sanidad animal de cara al año 2024, afirmando que existe un compromiso firme con la mejora y el fortalecimiento de este sector vital para la región.
