El nuevo director de La Tribuna de Cuenca, Leo Cortijo (Cuenca, 1989) ha asumido sus nuevas funciones al frente del diario asegurando que la prensa escrita mantiene, pese a todo, su influencia, augurando su inminente auge y apostando por «calidad, análisis y profundidad» como ingredientes para que el papel gane peso a la hora de contar noticias.
En entrevista con Europa Press, Cortijo ha asegurado que «el papel no se acaba» pese a que ese mantra es «lapidario» y recurrente desde hace 20 años, cuando ingresó en la Facultad de Ciencias de la Información.
Con todo, la prensa escrita «pasa por la etapa que pasa» pero su capacidad de influencia «no es comparable» a la de ningún otro medio de comunicación.
«Al papel le queda vida. Hay que adaptar los modelos, como hemos hecho en La Tribuna al recuperar la esencia de diario en formato gratuito», ha aseverado Cortijo.
La Tribuna se reparte en medio centenar de puntos distribuidos entre Cuenca y Tarancón, a razón de 3.500 ejemplares diarios de lunes a viernes. «Es una fórmula acertada, hay que adaptarse, evolucionar y encontrar tu público, pero todavía hay una franja de edad que aún disfruta del papel».
Asegura el director del medio que la condición de «inmediatez e instantaneidad» de la prensa digital no tienen que estar reñidas con «el análisis, la opinión y las entrevistas en profundidad» que puede ofrecer el papel.
De este modo, asegura que competir en contenido con radio o prensa digital no ha de ser el objetivo de un periódico, que ha de preservar «la calidad en el tratamiento de la información».
2023, EL AÑO DE CUENCA
Desde su visión como periodista, ha augurado un 2023 en el que Cuenca «va a estar de moda en muchos aspectos», un ejercicio «lleno de retos e ilusiones» en la que espera, como director poder cerrar el calendario «con una portada en positivo».
Una portada que puede pasar, por ejemplo, por contar cómo Cuenca «ha sabido aprovechar bien la Capitalidad Gastronómica» para posicionarse en el mapa del buen comer a nivel nacional. «Contar que gustamos sería una portada bonita y un buen balance de año».
Para arrimar el hombro por Cuenca, Cortijo es partidario de «mirar el vaso medio lleno» desde el periódico, y él, que es «positivo por naturaleza», aboga por «creerse el proyecto de ciudad» para los próximos años.
Cuenca, un «gigante al que han mantenido dormido por inacción de muchos» pero con «mucho potencial», que ahora sus vecinos «se tienen que creer dejando de lado la actitud contemplativa», para lo cual un diario como La Tribuna «tiene que contribuir». «Tenemos que ser el diario de los conquenses, crecer con ellos y crear juntos nuestros ideal de ciudad».
Asegura Cortijo que los periodistas locales «juegan un papel fundamental» a la hora de contribuir a incrementar la autoestima de la ciudad, y desde «el cuarto poder» hay que ser capaces de «ver oportunidades, debilidades y fortalezas».
«Estoy convencido de que la ciudad tiene que crecer con grandes medios a su alrededor, con prensa, con radio, con televisión, para contribuir todos a creernos el ambiente», añade.
FERNANDO ZÓBEL, PEDRO SÁNCHEZ… Y JESÚS SEGURA
Ya como máximo responsable de la publicación diaria de Cuenca, Cortijo habla de las entrevistas que le gustaría hacer, la posible y la imposible.
En cuanto a la que jamás podrá afrontar, habla de una conversación con Fernando Zóbel, de quien le gustaría saber el análisis y comparación de la Cuenca actual con la que él conoció.
Intentaría sacarle el titular de cómo ha cambiado «ese refugio de un grupo de artistas que él lideró» con respecto a este 2023, y que explicara «cómo dibujaría ahora» la ciudad.
«Seguro que la haría más abstracta de lo que la dibujó en su momento. Esta ciudad es abstracta por naturaleza, es pura magia y no se puede entender si no le damos ese tinte. No hay pintura realista para Cuenca», afirma.
La charla que todavía podría tener, si pudiera elegir, sería con Pedro Sánchez y con Cuenca como único tema de conversación. «Para ver qué conoce de Cuenca, qué realidad tiene de ella, qué aspiraciones tiene el Gobierno central».
En las páginas que quedan por escribir en La Tribuna durante este año, Leo Cortijo apuesta por que el conquense del año puede ser el chef Jesús Segura.
Y defiende la premisa asegurando que «será el año en que recupere la Estrella Michelin» en un espacio icónico como las Casas Colgadas.
CUENCA, CON ESCUELA Y CON FACULTAD
Leo Cortijo ha aprovechado para recordar su –aún corta– carrera como periodista y cómo al salir de la facultad recaló en 2007 en El Día de Cuenca, con José Vicente Ávila como su «padre» periodístico en «el diario hegemónico y primera escuela» donde convivió con periodistas que le enseñaron «mucho más» que la propia Facultad.
Esther Palenciano, Javier Semprún, Miguel Ángel Ramón o Chema Dávila fueron los primeros maestros de oficio que dieron el «bautizo» a Cortijo, que recuerda cómo empezó a contar noticias en una pequeña grabadora junto a su abuelo.
«Recuerdo contar noticias, lo que pasaba en el colegio… es el germen romántico. Siempre he estado muy pegado a la información, con esto nací, la vena periodística en mí es innata», ha aseverado Cortijo.
Ahora, ha reclamado cuidar la Facultad de Comunicación de la ciudad, entorno que permite al periodismo local tener «cuerpos de ventaja» sobre otras provincias.
Como mensaje a las generaciones venideras, lo tiene claro: «Cualquier periodista tiene que saber que la profesión es dura, que tiene condiciones complicadas, pero es ilusionante, apasionante. El que no lo tenga asumido, tendrá un dolor de cabeza», ha agregado, instando a los estudiantes a hacer las cosas «con pasión, esfuerzo y echando horas» para «llegar a un premio que a veces está más lejos de lo que creemos».