En una reciente intervención televisiva que no ha dejado indiferente a nadie, Leire Martínez, la antes vocalista de La Oreja de Van Gogh, desnudó emociones y detalles inéditos sobre su conflictiva salida del grupo en «La revuelta», el programa comandado por David Broncano en Televisión Española. La discusión sobre este tema, que agitó las redes sociales cuando se hizo pública en octubre de 2024, volvió a cobrar vida ante la audiencia de la TVE justo antes del parón por Semana Santa.
Con una vulnerabilidad palpable, la artista compartió cómo la noticia afectó profundamente su salud y estado emocional: fiebre, vómitos y un doloroso proceso de aceptación marcado por lágrimas y reclusión entre el sofá y la cama. Este periodo, según Martínez, fue de una intensa reconfiguración interna que duró hasta el final de las festividades navideñas. A pesar de lo tormentoso del proceso, la cantante no pareció sorprendida por la decisión del grupo, pero sí por la forma en que la noticia se dio a conocer y la reacción del público ante ella. La expresión de aprecio por la «letra pequeña» de la situación por parte de sus seguidores fue un pequeño bálsamo en medio de la tormenta.
Los dardos no tardaron en aparecer durante la entrevista, especialmente cuando Martínez reveló que no ha tenido comunicación con sus excompañeros desde el anuncio de su partida y que su salida no fue consensuada. Con ironía, incluso bromeó sobre la falta de una indemnización por su salida, o como ella misma lo puso, ni siquiera una cesta de Navidad. Esta revelación vino acompañada de un peculiar comentario sobre una votación en la que, según insinúa, no todos los miembros participaron.
Martínez también quiso desmarcarse de la imagen de mera intérprete de las obras de La Oreja de Van Gogh. Insistió en que su papel dentro del grupo era igualitario, compartiendo ganancias y responsabilidades por igual, desmantelando así la noción de que fuera simplemente ‘una subcontratada’. La esperanza de una resolución más amable se mantuvo hasta el último momento, aunque, según sus palabras, nunca llegó a plantearse con seriedad la posibilidad de su salida.
Al abordar el tema de Amaia Montero y las especulaciones constantes sobre una posible reunión o retoma de su lugar en el grupo, Martínez fue clara en desligarse totalmente de la vocalista original. Aunque admitió interacciones esporádicas, negó una amistad profunda con Montero, pero no perdió la oportunidad de enviar un mensaje de paz y un humorístico ofrecimiento para encontrarse y cantar juntas.
Este último capítulo en la saga de La Oreja de Van Gogh, narrado por una de sus voces más icónicas, no hace más que añadir complejidad al lore ya rico de uno de los grupos más queridos del pop en español. Entre risas y lágrimas, «La revuelta» brindó un espacio para la catarsis, revelaciones y, sobre todo, la honestidad que, a falta de reconciliaciones, al menos promete mantener viva la conversación en torno a la música, sus intérpretes y su ineludible drama humano.