Una vez más, las reglas del juego en Supervivientes All Stars 2 han quedado en segundo plano, esta vez protagonizado por los integrantes de Playa Armonía. Durante una tensa prueba de recompensa, la presentadora Laura Madrueño no pudo contener su frustración ante el comportamiento de varios concursantes que parecían haber olvidado las normas establecidas.
La tentadora recompensa era un enorme bizcocho de chocolate, un aliciente más que suficiente para motivar a los participantes. Sin embargo, el desafío resultó ser un auténtico campo de batalla en el que el caos se apoderó de la situación. La prueba requería que los concursantes nadaran hacia una boya, recogieran un pesado tablón y lo utilizaran como plataforma para superar diversos obstáculos en el mar. La dificultad aumentaba con cada paso, ya que el tablón disminuía de tamaño, haciendo que la cooperación y la coordinación fueran esenciales.
A pesar de la clara explicación de las normas antes de iniciar la prueba, Playa Armonía fue incapaz de cumplir con la estricta regla que estipulaba que cualquier integrante que cayera al agua debía regresar al punto anterior. En contraste, su rival, Playa Caos, demostró una excelente comunicación y estrategia, lo que les permitió completar el reto en un tiempo récord.
Desde el plató de Telecinco, Jorge Javier Vázquez no dudó en expresar su sorpresa ante la actitud del grupo: «¿De qué van?». A medida que la prueba avanzaba, la tensión se palpaba en el aire, y la presentadora tuvo que lanzar un ultimátum a los participantes para que respetaran las reglas del juego. «No podéis hacer eso, chicos. Conocéis las normas», les recordó, observando cómo algunos como Carlos Alba se aferraban al tablón de manera poco convencional.
Finalmente, tras reiterar las instrucciones de la prueba, Playa Armonía aceptó su error. Su líder reconoció la falta de comunicación y, quizás también, un poco de desobediencia por la ansiedad competitiva. Sin embargo, su falta de cumplimiento les costó valiosos minutos y, en última instancia, la oportunidad de saborear ese delicioso bizcocho de chocolate.
Este episodio, una muestra más del drama que caracteriza a Supervivientes, refleja no sólo las tensiones dentro del juego, sino también cómo la necesidad de competencia puede llevar a algunos a saltarse las reglas en su búsqueda de éxito.
