Una reconocida figura local de Cuenca, cuyo corazón late con el ritmo entusiasta de la tradición festiva de la ciudad, ha dado un emotivo pregón que marcó el comienzo de las celebraciones. Rodeada por la alegre música de una charanga, su mensaje no solo realzó la apertura de las fiestas sino que también sirvió de inspiración para disfrutar de las mismas con intensidad y pasión.
La pregona, cuyo discurso resonó entre los asistentes, hizo un paralelismo entre la vida y las festividades, invitando a todos a vivir «nuestra carrera al máximo», un llamado a abrazar el momento y a sumergirse en la alegría colectiva que las fiestas prometen. Con palabras que tocaron las fibras del orgullo y amor por su ciudad, esta conquense de corazón ha sabido transmitir la esencia de lo que significa ser parte de la comunidad y las tradiciones que la definen.
El evento, que tuvo lugar en un ambiente de celebración y comunidad, dejó un mensaje claro: las festividades son un reflejo de la vida misma y deben ser apreciadas y vividas al máximo. Con la música de fondo y la vibra positiva, la ciudad de Cuenca se dispone a disfrutar de sus fiestas con toda la energía y entusiasmo que su gente puede ofrecer.