Laura Fa contraataca en ‘Espejo público’: la defensa apasionada de la prensa rosa tras ser tildada de ‘facha’ por Juan del Val

En un reciente episodio televisivo que ha sacudido los cimientos del periodismo del entretenimiento en España, Juan del Val, el colaborador de Atresmedia popular por sus intervenciones en programas como El hormiguero, La Roca y El desafío, ha encendido una mecha de controversia con sus últimas declaraciones. En una aparición en el programa de La Sexta este 16 de marzo, Del Val no se ha mordido la lengua al calificar a la prensa del corazón española de «facha», desatando así un acalorado debate sobre la ética y los métodos empleados por este sector mediático.

El detonante de estas declaraciones ha sido la reciente publicación en la revista Diez Minutos de unas imágenes de Íñigo Onieva, mostrándolo «relajándose» con dos amigas y un amigo en la noche madrileña. Del Val ha criticado la manera en que ciertos medios abordan las noticias sobre famosos, planteando una comparativa con los rumores que circularon acerca de su propia relación con Nuria Roca durante el pasado verano. En un tono crítico y algo incrédulo, ha denunciado: «¿Pero vivís en 1950? ¿En serio?», argumentando que la prensa del corazón mantiene narrativas obsoletas y anticuadas.

La respuesta desde Espejo público no se ha hecho esperar, y varios de sus rostros han mostrado una postura muy crítica con las palabras de Del Val. Laura Fa, periodista catalana, ha expresado su desacuerdo de manera contundente. Según ella, el enfoque de la prensa del corazón es inevitable debido a la naturaleza del periodismo de entretenimiento, el cual a menudo se basa en informaciones que carecen de pruebas concretas.

A pesar de la postura de Fa, otros como Pilar Vidal han salido en defensa de Del Val, sugiriendo que su crítica no se basa en amiguismo sino en una posición genuina contra la dirección que ha tomado la prensa del corazón. No obstante, Gema López introdujo una nueva dimensión al debate al revelar que una de las amigas de Íñigo Onieva fue quien proporcionó la información a la prensa, aportando un giro irónico al argumento de Del Val sobre la privacidad y los límites del periodismo de entretenimiento.

Este debate recalienta la ya compleja relación entre los medios de comunicación y las figuras públicas en España. Mientras Juan del Val asegura denunciar una práctica que considera arcaica y problemática, sus críticos le acusan de hipocresía y de adoptar una postura conveniente para proteger a sus allegados. Lo que queda claro es que la polémica está lejos de resolverse y continúa avivando el debate sobre los límites éticos y morales del periodismo en la era moderna.

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