Las múltiples caras del ciberacoso: amenazas que enfrentan los menores en internet

El avance de la tecnología y la hiperconectividad han generado nuevas oportunidades de comunicación, pero también han abierto la puerta a diversas formas de ciberacoso que afectan tanto a menores como a adultos. Desde suplantaciones de identidad hasta el hostigamiento digital, los jóvenes están expuestos a múltiples amenazas que pueden afectar su bienestar emocional, social y psicológico.

Especialistas en ciberseguridad y protección infantil advierten sobre la necesidad de identificar y prevenir estos riesgos, para lo cual es fundamental que padres y educadores conozcan las tácticas más comunes empleadas por los acosadores digitales.


Principales formas de ciberacoso y sus riesgos

Las amenazas digitales pueden presentarse de diversas maneras, cada una con sus características y niveles de peligro. Entre las más relevantes, destacan:

1. Suplantación de identidad

Consiste en la creación de perfiles falsos o en el acceso no autorizado a cuentas de redes sociales para difamar, manipular o perjudicar la reputación de la víctima.

2. Trickery (engaño)

El acosador gana la confianza de la víctima para obtener información privada y luego la expone públicamente con el fin de humillarla o manipularla.

3. Baiting

El uso de contenidos atractivos o premios falsos para engañar a un menor y hacerlo caer en una trampa, como ingresar a enlaces maliciosos o compartir información sensible.

4. Pretexting

Creación de historias falsas para obtener información confidencial de la víctima, haciéndose pasar por una entidad confiable como un profesor, familiar o empresa.

5. Scareware

Utilización de falsos mensajes de advertencia sobre virus o amenazas para inducir a la descarga de software malicioso o exigir pagos innecesarios.

6. Outing

Difusión de información personal, como orientación sexual, creencias o datos privados sin el consentimiento de la persona, generando vergüenza, acoso o aislamiento social.

7. Fraping

Acceso no autorizado a las cuentas de redes sociales de la víctima para publicar contenido ofensivo o humillante en su nombre.

8. Catfishing

Creación de identidades falsas para manipular emocionalmente a la víctima, ya sea con fines románticos, estafas o explotación.

9. Harassment (acoso repetitivo)

Envío constante de mensajes amenazantes, insultantes o intimidatorios, causando miedo y ansiedad en la víctima.

10. Cyberstalking (acoso persistente en línea)

Seguimiento continuo y obsesivo a la víctima a través de redes sociales, mensajes o incluso rastreo de su ubicación, lo que puede derivar en situaciones de acoso físico.

11. Trolling

Publicación de mensajes provocadores o engañosos con el objetivo de generar conflicto o dañar emocionalmente a la víctima.

12. Flaming o Roasting

Un grupo de personas se une para insultar o difamar a una víctima en plataformas digitales, exponiéndola al escarnio público.

13. Exclusión social digital

Se deja fuera a una persona de grupos de chat, redes sociales o comunidades en línea con la intención de hacerla sentir aislada.

14. Doxing

Exposición de información personal como direcciones, números de teléfono o datos bancarios para intimidar o poner en peligro a la víctima.

15. Sexting no consensuado

Difusión de imágenes íntimas sin autorización, lo que puede tener consecuencias devastadoras a nivel personal, social y legal.

16. Grooming

Un adulto se hace pasar por un menor para manipular emocionalmente a niños y adolescentes, con la intención de abusar o explotarlos.

17. Masquerading

Creación de perfiles falsos para acosar o manipular a la víctima sin ser identificado.


Un problema creciente que requiere acción inmediata

El ciberacoso infantil no es un fenómeno aislado. De acuerdo con estudios recientes, al menos 60% de los adolescentes ha sido víctima de alguna de estas prácticas, mientras que el 70% de los padres desconocen por completo los riesgos que enfrentan sus hijos en internet.

Los expertos en seguridad digital y psicología infantil advierten que el impacto del acoso en línea puede ser devastador, provocando desde ansiedad y depresión hasta casos extremos de autolesiones o suicidio.

¿Cómo proteger a los menores?

Para prevenir el ciberacoso y minimizar sus consecuencias, se recomienda:

Educar a niños y adolescentes sobre los riesgos en línea y cómo identificar situaciones de acoso.
Supervisar el uso de internet, estableciendo controles parentales y límites de tiempo en redes sociales.
Fomentar la comunicación para que los menores se sientan seguros al hablar sobre cualquier problema que enfrenten en línea.
Reportar y denunciar casos de acoso digital ante las autoridades competentes y las plataformas afectadas.
Promover la privacidad digital, enseñando a los menores a no compartir información personal con desconocidos.

Los avances tecnológicos traen consigo múltiples beneficios, pero también riesgos que deben ser abordados con responsabilidad. La protección de los menores en internet es una tarea conjunta que involucra a padres, educadores, empresas tecnológicas y gobiernos, con el fin de garantizar un entorno digital más seguro y saludable para todos.


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