El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avanzado que su Ejecutivo aportará una partida de seis millones de euros a las Minas de San Quintín dentro de la partida de más de siete millones procedentes de los Fondos de Recuperación y Resiliencia que la Junta destinará a restaurar antiguos complejos mineros.
Con esta inversión anunciada desde Ciudad Real por García-Page se pretende eliminar la contaminación de los suelos y aguas que las rodean y se procederá a la restauración ambiental de los mismos recuperando su biodiversidad natural y propiciando su transformación a sumideros naturales de carbono
Las minas de San Quintín forman parte del conjunto Metalífero de Sierra Morena, que se extiende, sin solución de continuidad, por las dos vertientes del escalón montañoso. Se encuentran a dos kilómetros de Cabezarados y la extensión total de sus 25 concesiones que forman las minas es de unos 2.450 metros cuadrados.
Fueron explotadas por primera vez por los romanos, habiéndose encontrado trabajos de hasta 100 metros de profundidad. La primera referencia de las minas de San Quintín es de mediados del siglo XVI, al ser registradas algunas explotaciones en el vecino término de Villamayor de Calatrava.
Se explotaron los siglos siguientes hasta que en el XVIII parecen abandonadas, pues no se hace ninguna mención en una relación de minas del término. En el siglo XIX se vuelve a mencionar la explotación de dos de ellas pertenecientes a las minas de San Quintín, según precisa en su web de turismo la Diputación de Ciudad Real.
La evolución de la producción alcanza su punto más alto en 1903 y la decadencia a partir de 1912. La crisis de los años treinta provocaría la crisis de estas minas en 1934. Después de 1973 se llevaron a cabo diferentes prospecciones, con resultados no satisfactorios.