El paso de la borrasca Aline dejó una tarde de jueves complicada en la capital. Las rachas de viento que en algunos momentos superaron los 80 km/h provocaron más de cien incidencias, de las que casi una treintena revistieron de cierta gravedad.
Principalmente, el viento causó la caída de ramas e incluso de algunos árboles en diversos puntos de la ciudad. Las áreas más afectadas fueron las puertas de las oficinas del Polideportivo Rey Juan Carlos, los parques y jardines, y algunas calles del centro.
El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, informó sobre la situación vivida en la tarde y noche del jueves, destacando como dato positivo «el hecho de que no se produjeron daños personales» a pesar del elevado número de incidencias. Cañizares agradeció a los efectivos de los cuerpos de seguridad y a los integrantes de los servicios municipales por su trabajo en la retirada de los elementos caídos de la vía pública y la minimización de los daños en vehículos y mobiliario urbano. Los momentos de mayor peligrosidad se dieron entre las seis de la tarde y las diez de la noche.
En el día de hoy, la situación ha cambiado y Ciudad Real ya no está bajo ninguna alerta meteorológica. Además de las fuertes ráfagas de viento, la borrasca dejó una importante cantidad de agua caída, registrándose más de veintidós litros por metro cuadrado en la capital desde el mediodía del jueves.
Es importante destacar la rápida actuación de los servicios municipales y cuerpos de seguridad ante las incidencias derivadas de la borrasca Aline. Gracias a su trabajo coordinado y eficiente, se logró minimizar los daños materiales y evitar cualquier tipo de riesgo para la población.
Este tipo de situaciones sirven como recordatorio de la importancia de estar preparados ante fenómenos meteorológicos adversos. Es fundamental seguir las recomendaciones de las autoridades, mantenerse informado a través de fuentes confiables y tomar las precauciones necesarias para garantizar la seguridad personal y de los bienes materiales.
