En el programa «Ni que fuéramos» de Fabricantes Studio, el conflicto entorno a Cristina Tárrega, presentadora de Telecinco, ha cobrado nueva intensidad tras sus recientes declaraciones. Tárrega, quien afirmó haber aceptado participar en «Bake Off: famosos al horno» con el fin de apoyar a los damnificados por la DANA de Valencia, se ha visto envuelta en una espiral de críticas que no cesan.
Ayer, Belén Esteban lanzó duras acusaciones contra Tárrega, comparándola con Paz Padilla y calificándola de «falsa». Más aún, Estaebán ha retomado su embestida esta tarde, asegurando que Tárrega solicitaba la destitución de compañeros en Mediaset por razones personales. «Subía a varios despachos de Mediaset para pedir la cabeza de la gente», dijo Esteban, argumentando que estas acciones eran propias de una persona desleal.
Sin embargo, Mediaset aparentemente no dio lugar a las demandas de Tárrega. Esteban, en un juego de insinuaciones, dejó entrever la identidad de una de las presentadoras afectadas, que más tarde fue identificada por los espectadores y confirmada por Kiko Matamoros como Adriana Dorronsoro. Según Esteban, Tárrega criticó la capacidad y la imagen de Dorronsoro como presentadora.
La controversia se extendió cuando se reveló que Tárrega también habría intentado influir en el despido de Nagore Robles, expresando su incomodidad de trabajar con ella. Estas declaraciones han sido respaldadas por testimonios en el programa, evidenciando un patrón de comportamiento conflictivo por parte de Tárrega.
El caso de Robles es especialmente irónico, dado que ambas se encuentran actualmente compartiendo espacio en «Bake Off: famosos al horno», lo que María Patiño destacó con una nota de ironía sobre las vueltas de la vida. La discusión en «Ni que fuéramos» pone en relieve no solo las tensiones personales dentro de Mediaset, sino también las dinámicas de poder y envidia que a menudo se dan tras bambalinas en el mundo de la televisión.
Este escándalo viene a sumarse a la ya polémica figura de Tárrega dentro del medio, evidenciando una vez más cómo las personalidades televisivas se encuentran constantemente bajo el escrutinio público, no solo por su trabajo en pantalla, sino también por sus acciones detrás de cámaras. Mientras los espectadores siguen atentos a cada desarrollo, queda claro que la controversia en torno a Cristina Tárrega está lejos de cerrarse.
