El proyecto de Ley de Presupuestos Generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para 2023 ha quedado aprobado, gracias a la mayoría absoluta del PSOE y pese a los votos en contra del PP y Ciudadanos.
El debate y votación de estas cuentas, que ascienden a 12.431,6 millones de euros, con un incremento del 1,3 por ciento y 158,1 millones más que el de 2022, han quedado sustanciados en una única sesión plenaria que ha durado más de diez horas.
Tras el debate de 805 enmiendas divididas en dieciséis bloques, los grupos parlamentarios han fijado posiciones, y en el turno del PSOE, se ha producido un intercambio de reproches entre el diputado Fernando Mora y la parlamentaria del PP Ana Guarinos, a los que el presidente de las Cortes, Pablo Bellido, ha llamado al orden varias veces.
«Es un sinsentido que lo estropeemos en la recta final. Con el comportamiento ejemplar que han tenido durante todo el pleno», ha aseverado Bellido.
El consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, ha tomado la palabra para destacar que el presupuesto es «muy expansivo en lo social, ambicioso en lo económico y comprometido con el reto demográfico».
Al PP le ha dicho que si hubieran aceptado sus enmiendas «deberían» dinero a la gente y a Ciudadanos le ha pedido «humildad», ya que será de sus últimas intervenciones en las Cortes regionales.
No ha podido agradecer Ruiz Molina el tono de las intervenciones, ya que en este último momento del debate, la diputada Ana Guarinos lo ha elevado, pues, ha afirmado el consejero, «pretendía salir en los telediarios».
Otro de las anécdotas de este pleno ha sido la diferencia de opiniones entre PP y PSOE, por defender el primero que había pedido ayudas para Carrascos (Cuenca) en sus enmiendas, mientras que el segundo ha argumentado que lo habían confundido con el municipio soriano de Carrascosa de la Sierra.
CS: «NO NECESITAMOS MÁS CONSERVADURISMO»
Del lado de Cs, la diputada Carmen Picazo ha señalado que no regalan el apoyo a unos presupuestos, en los que no creen y de los que no comparten su planteamiento. «Tampoco confiamos en su cumplimento, ni son sociales, ni son comprometidos ni atienden las necesidades, ni generan ilusión ni certidumbre. Son conformistas, conservadores, bien los había podido presentar el PP. No necesitamos mas conservadurismo», ha aseverado.
A su juicio, estas cuentas son una «oportunidad perdida» para una región que es «la que más inflación tiene, más desempleo femenino y la tercera de más fracaso escolar».
Ha cargado contra el PSOE, porque no «quieren que nada cambie», y presumen de transversales o centristas y «aplican el rodillo de su mayoría absoluta». Así, ha defendido que a pesar de que el PP practica «el cuanto peor, mejor», Ciudadanos ha intentado tender puentes de entendimiento con talante y voluntad de acuerdo.
PP, LOS ÚLTIMOS DE LA ERA PAGE
Por su parte, la diputada del PP Ana Guarinos ha criticado que los presupuestos «son los mismos, no resuelven problemas de familias, ni de empresas y son fruto de la soberbia», porque «no tienen credibilidad, al igual que el Gobierno y su presidente, Emiliano García-Page».
Tras las críticas a sus enmiendas ‘fake’, Guarinos se ha defendido remarcando que «son reales y legales, avaladas por los letrados de la Cámara». «Son enmiendas de peso y no al peso, les ha faltado diálogo», ha recriminado la diputada del PP a los socialistas.
La región, según Guarinos, «no es la de Alicia en el País de las Maravillas, ni la de Page en el Palacio de Fuensalida», porque «uno de cada tres castellanomanchegos viven en riesgo pobreza o exclusión social y tiene la mayor tasa de inflación del país». «Estos son los últimos presupuestos de la era Page, los próximos serán los de Paco Núñez. Esta región es mucho toro para el poco torero que tenemos».
PSOE ACUSA AL PP DE «MIEDO»
El diputado socialista Fernando Mora ha recordado que a Ciudadanos le ofrecieron acordar siete enmiendas importantes «y de calado» y no han querido, porque defendían que se aprobaran únicamente lo que ellos habían propuesto.
A los diputado del PP les ha dicho que están «encelados» y tienen «miedo» cada vez que el presidente García-Page habla. «Los insultos no valen para nadie, pierden la oportunidad de tener un proyecto serio para Castilla-La Mancha».
Asimismo, ha reprochado que «desvíen la atención a otros menesteres» y ha destacado que Castilla-La Mancha va «bien» a pesar de las dificultades «con paso firme y derecho», por lo que «no nos van despistar discusiones que no vienen al caso».