Durante la colocación de la primera piedra del Polígono ‘La Nava’ III fase II en Puertollano, Ciudad Real, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirmó que la política fiscal debe ser progresiva, enfatizando que deben pagar más quienes más recursos tienen. García-Page señaló que la singularidad no será un argumento válido en debates sobre financiación autonómica.
El presidente, quien habló en el Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración (ISFOC), rechazó la idea de que algunas comunidades intenten utilizar su singularidad para obtener beneficios. Subrayó que lo único inusual en la política española en ese momento es «el chantaje permanente de quien quiere más y defender su egoísmo». Además, mencionó el Consejo de Política Fiscal y Financiera previsto para julio y declaró que su comunidad no busca favores sino equidad fundada en los principios de la izquierda.
García-Page expresó su convicción de que las contribuciones fiscales deben proceder fundamentalmente de quienes tienen mayor capacidad económica y reprimió la tendencia del independentismo por tener un trasfondo económico y buscar ventajas financieras.
En su discurso, comentó acerca del argumento de algunos respecto a la «singularidad» regional, describiendo tal razonamiento como una estratagema fracasada. García-Page enfatizó que en lo que respecta a necesidades básicas no hay singularidades, ya que todos los españoles deberían tener los mismos derechos y necesidades.
El presidente de Castilla-La Mancha criticó la interpretación interesada de la idea de independencia y subrayó que los planteamientos soberanistas basados puramente en interés económico pueden afectar la unión de los territorios y la igualdad de oportunidades. Llamó a no olvidar que la soberanía es de ámbito nacional, que la riqueza debe entenderse y compartirse como un recurso nacional, y que son las personas y las empresas quienes verdaderamente contribuyen a los sistemas fiscales.
Para concluir, García-Page instó a mantenerse fieles a los valores esenciales de una sociedad igualitaria donde los derechos y las oportunidades se distribuyen justamente, evitando que cada territorio maneje sus recursos como autónomos, desvinculados del compromiso colectivo nacional.