El Palacio de los Arias de Molina de Aragón, en Guadalajara, ha sufrido una inesperada transformación en su estado de conservación. Tras formar parte de la Lista Roja, que lo destacaba como un monumento en peligro, ahora ha sido incluido en la Lista Negra de Hispania Nostra. La razón de este cambio es que el ayuntamiento de la localidad ha realizado una demolición controlada del edificio, lo que ha dejado en pie solamente una pequeña parte de su fachada.
Esta organización civil, declarada de utilidad pública, añade en su lista negra otros quince monumentos. No obstante, es el primero de la provincia de Guadalajara en aparecer en ella. En esta categoría se encuentran los bienes retirados de la Lista Roja, cuyos valores esenciales han desaparecido o han sido alterados irreversiblemente.
Desde Hispania Nostra se lamenta esta pérdida irreparable, y se hace un llamamiento a la sociedad y a las administraciones públicas para que se tomen conciencia del patrimonio artístico y cultural de España. Este puede convertirse en un gran motor de desarrollo y de oportunidades, especialmente en lugares abandonados o despoblados del territorio nacional.
El Palacio de los Arias es uno de los mejores de la localidad, y su demolicion controlada es una gran pérdida para el patrimonio cultural. Este palacio, al estilo de los construidos en Aragón entre los siglos XV y XVIII, contaba con sótano, entreplanta, dos plantas superiores y una planta bajo cubierta. Su estructura era de mampostería en la parte inferior y de madera en las plantas superiores.
Aunque ahora solamente queda en pie una pequeña parte de su fachada principal, esta era la parte más valiosa y destacable del edificio, con su deteriorada portada de sillería labrada y su escudo, así como la ordenada disposición de los huecos. Además, en la fachada se encontraban medallones pintados en los entrepaños de los balcones, de los que ahora únicamente quedan algunas esquinas. La fachada posterior poseía una galería abierta en la planta superior.
En la época dorada de Molina de Aragón, numerosas familias nobiliarias decidieron construir notables casonas en la localidad. El Palacio de los Arias pertenecía al linaje de los Arias, una familia de origen judío y una de las más ricas del Señorío de Molina. Contaban con tierras, ganado y otras casonas en lugares de la Sesma de la Sierra y en Tordelpalo, donde aún se puede ver una casona con los escudos de este linaje sumados al de los Cienfuegos. Sobre el muro de la fachada del Palacio de los Arias se conserva el escudo de la familia, tallado y cuartelado.
