El mundo de la televisión española se encuentra de luto tras anunciarse el fallecimiento de Mayra Gómez Kemp, a los 76 años. La emblemática presentadora del programa «Un, dos, tres» dejó un vacío imborrable en la industria y entre sus seguidores, apenas unos meses después de anunciar su retiro del ojo público. Kemp, quien había superado recientemente un accidente doméstico en Mijas, Málaga, anunció su decisión de dejar la vida pública en abril, durante una entrevista en la Cadena SER, donde expresó su deseo de que «la gente recuerde a la Mayra que vio».
La noticia de su muerte se dio a conocer este domingo, 13 de octubre, dejando a fans y colegas conmocionados. Mayra, nacida en La Habana, Cuba, y criada en Venezuela antes de mudarse a España, fue una de las caras más reconocidas y queridas de la televisión española, especialmente por su trabajo en el «Un, dos, tres… responda otra vez», programa que condujo desde 1982 hasta 1988, y que se convirtió en uno de los concursos más populares de la televisión en España.
En su última aparición en Televisión Española, en el programa «Mañaneros» con Jaime Cantizano el 24 de abril, Mayra compartió emotivas palabras, aclarando que no se despedía, sino que decía «hasta siempre». En este encuentro, rememoró el momento en que reveló, por primera vez en televisión, su diagnóstico de cáncer, un gesto de valentía que la acercó aún más a sus seguidores.
La presentadora quería que los espectadores la recordaran en sus mejores momentos, cuando su presencia en pantalla capturaba la atención de millones de espectadores cada semana. El impacto de Kemp en la industria televisiva y en su audiencia fue evidenciado en las palabras de Jaime Cantizano, quien afirmó haber comenzado en la profesión inspirado por ella, destacando el profundo respeto y cariño mutuo.
Mayra Gómez Kemp se despidió de sus seguidores con un homenaje en el mismo plató donde había vivido tantos momentos memorables, cerrando así un círculo lleno de éxitos, risas y emoción. Su legado en la televisión española, marcado por su carisma, talento y lucha, permanecerá vivo en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de conocerla a través de la pantalla. La historia de Kemp no es solo la de una presentadora, sino la de una figura inspiradora que dejó una huella indeleble en el corazón de su audiencia.