El conflicto entre Israel y Hamás, que se ha prolongado por más de un año sin signos de tregua, enfrentó un nuevo y dramático capítulo este miércoles 31 de julio con la muerte de Ismail Haniyeh, el líder supremo de Hamás. Haniyeh fue asesinado en un ataque en Teherán, un suceso que, pese a la escasez de detalles confirmados, ha exacerbado las ya intensas tensiones entre Israel, Irán y los diferentes actores no estatales involucrados en el conflicto de la región.
La muerte de Haniyeh marca un punto de inflexión en el conflicto, complicando aún más la posibilidad de una tregua. El líder de Hamás, quien había optado por el exilio voluntario, dividiendo su tiempo entre Catar y Turquía en los últimos años, tenía un perfil relativamente bajo en comparación con sus años de mayor actividad política. En el momento de su fallecimiento, se encontraba en Teherán para la toma de posesión del nuevo presidente electo, Masud Pezeshkian, lo que subraya la complejidad de las redes de alianzas en la región.
A pesar de su exilio, Haniyeh continuaba jugando un papel crucial tanto dentro de Hamás como en la política más amplia del Medio Oriente. Su fallecimiento podría tener un impacto significativo en la estructura interna de Hamás y en sus alianzas con otros actores regionales, especialmente con Irán, que ha sido un fuerte aliado y patrocinador del grupo.
Ismail Haniyeh nació el 29 de enero de 1963, en el campamento de refugiados de Al-Shati en la Franja de Gaza, creciendo en las adversidades que modelarían su visión política y su adhesión a Hamás. Su vida fue un testimonio de la lucha palestina, marcada por la formación en literatura árabe y su detención durante la Primera Intifada. Su ascenso en Hamás fue meteórico; en 2006, tras el triunfo electoral del grupo, se convirtió en el primer ministro de la Franja de Gaza, y se le reconoció por su habilidad para liderar en tiempos de tumulto.
Sin embargo, los últimos meses han sido particularmente trágicos para la familia Haniyeh. Medios como Times of Israel y Al-Jazeera reportaron ataques en Gaza que cobraron las vidas de varios de sus hijos y nietos, resaltando la brutalidad personal del conflicto.
La figura de Haniyeh, especialmente en sus últimos años, representa un nexo crucial entre Hamás e Irán, garantizando el apoyo financiero y militar para el grupo. Su muerte en Teherán, lejos de su Gaza natal, no solo cierra el capítulo de uno de los líderes más influyentes de Hamás, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro del grupo y sus repercusiones en el siempre volátil tablero de juego del Medio Oriente.