En un giro inesperado en la dinámica de «Supervivientes 2025», José Carlos Montoya, conocido por su aparición en «La isla de las tentaciones», tuvo que ser evacuado de emergencia de Playa Furia debido a un grave deterioro en su estado físico y anímico. El concursante, visiblemente afectado por un intenso malestar y dolores de cabeza, llegó a un punto de no poder participar en una prueba de recompensa, lo que encendió las alarmas entre los organizadores del reality.
El equipo médico desplazado hasta la ubicación tuvo que intervenir rápidamente, llevando a Montoya a la enfermería para una evaluación más detallada. Inicialmente, su condición generó preocupación debido a una febrícula alarmante que casi alcanza los 41 °C. Esta situación extremadamente grave requirió medidas inmediatas, incluida una ducha fría y medicación potente para estabilizar su temperatura y aliviar los síntomas.
El presentador Carlos Sobera, frente a la audiencia y el participante afligido, recalcó la gravedad del acontecimiento, haciendo hincapié en que Montoya sufrió «un cuadro de malestar general, dolores articulares y debilidad», lo que justificó su pronta evacuación con fines de tratamiento. Sin embargo, el espíritu de Montoya, así como el apoyo incondicional de sus compañeros y el público, jugó un papel crucial en su recuperación.
La noticia de su posible abandono había entristecido a muchos, especialmente a Anita Williams y Carmen Alcayde, quienes derramaron lágrimas ante la idea de perder a uno de los concursantes más queridos del programa. Pero, contra todo pronóstico y mostrando una tenacidad admirable, Montoya logró sobreponerse a la adversidad. En una aparición sorpresa en el especial «Tierra de nadie», se anunció que gracias a una «buena respuesta al tratamiento y la desaparición de los síntomas», tendría la oportunidad de reintegrarse con sus compañeros.
Este incidente no solo destaca la vulnerabilidad de los participantes sometidos a extremas condiciones durante el reality, sino también la resiliencia humana y el espíritu de compañerismo que surge en momentos de crisis. Montoya, ahora recuperado, se enfrenta al desafío de continuar en la competencia bajo la atenta mirada de sus seguidores, quienes esperan con ansias su regreso triunfal a las pruebas de supervivencia.