La Unidad de Asma Grave del Hospital de Toledo, acreditada por la Sociedad Española de Alergología

La consulta de Asma Grave del servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha recibido la acreditación como unidad especializada por parte del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

El jefe de servicio de Alergología, el doctor Carlos Senent, ha explicado que durante todo el pasado año se fueron agrupando en una consulta todos los pacientes con esta patología y aquellos tratados con terapia biológica (anticuerpos monoclonales). Así, el pasado mes de marzo se puso en marcha una consulta monográfica de asma grave, dirigida por las doctoras Mar Jiménez y Mar Moro con el apoyo de la enfermera Josefina García-Page, y desde entonces ha atendido a más de 100 pacientes.

El doctor Senent ha señalado que “el objetivo principal de la consulta es proporcionar una atención integral al niño y al adulto con asma grave, optimizando los recursos sanitarios. La Unidad de Asma Grave tiene como finalidad la atención adecuada a estos pacientes, lo que disminuye las visitas a urgencias, los ingresos hospitalarios y el absentismo laboral o escolar. Además, aporta una mejoría notable en la  calidad de vida y optimiza el gasto sanitario que esta enfermedad conlleva”.

Para el jefe de servicio de Alergología, “esta unidad pretende convertirse en multidisciplinar, trabajando estrechamente con especialidades afines, fundamentalmente Neumología, Pediatría y Otorrinolaringología, al tiempo de establecer una relación directa con los profesionales de Atención Primaria”.

Además de la labor asistencial, contempla entre sus objetivos la investigación clínica y la formación tanto a los profesionales de Atención Primaria como a médicos residentes.

El asma

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica muy prevalente y heterogénea de las vías respiratorias, que afecta a más de 3 millones de personas en España. Es muy común en la población general, y en niños y adolescentes se sitúa como la enfermedad crónica más frecuente. Tiene un gran impacto tanto en los pacientes como en la sociedad en términos de calidad de vida, absentismo laboral y escolar, consumo de recursos y defunciones.

Se trata de una patología compleja de base inmunológica, ya sea de causa alérgica o no, en la que influyen factores genéticos y ambientales. Es la segunda causa de visitas a consultas de Alergología después de la rinitis alérgica.

En la actualidad, se puede tratar y controlar cualquier tipo de asma sea leve, moderada o grave  y los pacientes pueden llegar a tener una vida normal. Para ello es importante un diagnóstico correcto, un adecuado tratamiento según las guías actuales y un buen cumplimiento del mismo.

No obstante, hasta un 40 por ciento de pacientes con asma grave, según algunos estudios, que realizan adecuadamente el tratamiento presentan especial dificultad para alcanzar el control de la enfermedad. Estamos ante lo que se conoce como asma grave no controlada (AGNC). Se trata de un tipo de asma debilitante donde los pacientes pueden presentar crisis asmáticas frecuentes, limitaciones importantes en la función pulmonar y la calidad de vida, precisando aumento de la medicación y uso frecuente de corticoides sistémicos, con los consiguientes efectos secundarios indeseables.

Se estima que el asma grave afecta a un cinco por ciento de asmáticos adultos y a un 10 por ciento de niños asmáticos. Más de la mitad del gasto total del asma y más del 60 por ciento de las muertes por asma se producen en pacientes con AGNC.

Ante esto, surge la necesidad de ofrecer atención de calidad a un proceso complejo, caro y  difícil de abordar. El instrumento para facilitar el manejo de estos pacientes son las unidades de asma grave.

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