Un innovador avance en la predicción climática ha sido dado a conocer por un equipo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), bajo la dirección de Andrés Navarro Martínez de la Casa, investigador postdoctoral. La nueva herramienta que han desarrollado, conocida como ‘mapas de consenso’, se propone como un medio avanzado para calibrar el nivel de acuerdo en las estimaciones de precipitación ofrecidas por diferentes modelos de clima.
La UCLM ha difundido en una nota de prensa que esta técnica tiene un papel crucial en la toma de decisiones vinculadas al cambio climático, particularmente en áreas que afectan los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad. Andrés Navarro destacó la potencia de los modelos de clima para pronosticar el clima futuro, pero hizo énfasis en las incertidumbres que presentan. Según manifestó, dichas incertidumbres son pronunciadas en cuanto a la precipitación, haciendo alusión al desafío significativo que representa para la ciencia y la sociedad predecir de manera acertada este fenómeno.
El estudio, el cual detalla el método en el artículo ‘Uncertainties in measuring precipitation hinders precise evaluation of loss of diversity in biomes and ecotones’, fue desarrollado no solo por Navarro y colegas de la UCLM como los profesores Francisco J. Tapiador y Raúl Martín, sino también en colaboración con Guywon Lee, profesor en la Kyungpook National University de Corea del Sur.
Navarro explicó que, actualmente, planificadores y científicos de áreas como la biología y geografía suelen basar sus decisiones y conclusiones en la información que los modelos climáticos proporcionan sin considerar adecuadamente las variables de incertidumbre. Esto, como señala, puede llevar a conclusiones imprecisas. Hizo hincapié en que la medición de precipitación ha sido el punto débil de los modelos de clima, repercutiendo directamente en la capacidad de proyectar cómo los ecosistamos responderán a los cambios climáticos.
Los hallazgos de la investigación sugieren que las incertezas actuales en los modelos pueden conducir a una clasificación inexacta del impacto climático sobre la vida silvestre de las regiones. En este contexto, ‘mapas de consenso’ podrían jugar un rol determinante, permitiendo una evaluación más confiable del efecto que dichas incógnitas tienen sobre los estudios de biodiversidad.
Finalmente, Navarro reafirmó el valor del trabajo realizado, subrayando su relevancia no sólo teórica sino también práctica para aquellos científicos que trabajan en disciplinas interrelacionadas como la biogeografía, hidrología, ecología y gestión del medio ambiente. Este enfoque renovado invita a una reevaluación de numerosos estudios publicados en el ámbito de la diversidad biológica en años recientes, a fin de incorporar este importante factor de incertidumbre climática en futuras labores investigativas y de planificación ambiental.
