La televisión española ha sido testigo de la evolución de diversos formatos a lo largo de los años, pero son pocos los proyectos que han logrado marcar un antes y un después en la comedia tal como lo hizo la sitcom ‘7 vidas’. Lanzada en el año 1999 por Telecinco y producida por Globomedia, ‘7 vidas’ rompió moldes al introducir en España un estilo de sitcom al más puro estilo americano, posicionándose rápidamente como una de las comedias más emblemáticas de la televisión nacional.
La trama gira en torno a David, interpretado por Toni Cantó, quien despierta de un coma de dieciocho años tras un accidente insólito el mismo día del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Este inesperado despertar lleva a David a depender de su hermana Carlota, interpretada por Blanca Portillo, y de un grupo de amigos y vecinos que incluye personajes tan carismáticos como Sole, interpretada por Amparo Baró, y su hijo Paco, a quien da vida Javier Cámara. A lo largo de la serie, se unen otros personajes que enriquecen la trama, como la prima lejana de David, Laura, encarnada por Paz Vega, entre otros.
A 25 años de su estreno, es imposible no reflexionar sobre la huella que ‘7 vidas’ ha dejado en la comedia española y cómo este formato, inspirado en la dinámica de series estadounidenses como ‘Friends’, consiguió adaptarse y triunfar en el contexto español. La serie no solo se convirtió en una plataforma para que actores como Paz Vega saltasen a la fama, sino que también consolidó a actores ya conocidos, ofreciendo al público español una mezcla de humor, drama y una peculiar visión de la vida cotidiana.
Hoy, al mirar hacia atrás y evaluar el legado de ‘7 vidas’, resulta evidente el cambio y la evolución no solo de la industria televisiva española, sino también del talento frente y detrás de cámaras que colaboró en esta producción pionera. La serie se mantiene como un referente, demostrando cómo la televisión puede ser un espejo de la sociedad, al tiempo que entretiene y ofrece perspectivas diversas sobre la vida misma.
