Las pensiones contributivas en España experimentarán un aumento cercano al 3% en 2025, acorde a las actuales previsiones de inflación anual. Esta revalorización, establecida en la reforma de 2021, asegurará la preservación del poder adquisitivo de los jubilados, implicando un incremento en el desembolso de la Seguridad Social superior a los 5.000 millones. El ajuste final será determinado en diciembre, con la publicación de la tasa de inflación de noviembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este incremento en las pensiones significa que la pensión máxima podría alcanzar los 3.300 euros mensuales (aproximadamente 45.800 euros anuales), estableciendo un precedente en el sistema pensionario del país. Este ajuste tendrá un impacto positivo en más de nueve millones de pensionistas en España, incluyendo aquellas pensiones derivadas de incapacidad, viudedad y orfandad.

Adicionalmente, las pensiones mínimas y no contributivas experimentarán un aumento extra en 2025 como parte de una estrategia para reducir la brecha con el umbral de pobreza. Esto se enmarca dentro de una política de protección social que prevé incrementos adicionales hasta el año 2027, asegurando que estas pensiones alcancen el umbral de ingresos mínimos de pobreza en hogares. En cuatro años, se espera un incremento del 22%, elevando estas pensiones hasta los 8.300 euros anuales en 2027, reforzando así el sistema de protección social para los sectores más vulnerables.

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