Este lunes 30 de septiembre se conmemoran 450 años de la donación realizada por el rey Felipe II del Castillo de Cuenca al Tribunal de la Inquisición, que actualmente alberga el Archivo Provincial. La directora del Archivo, María de la Almudena Serrano, recordó esta efeméride en sus redes sociales, destacando que la donación original tenía como propósito construirse viviendas para el tribunal sobre el solar del castillo.
Serrano mostró una copia de la Real Cédula emitida por el rey, en la que se cedía el espacio al tribunal con la condición de que, si la Corona necesitara el Castillo de Cuenca en algún momento, se le concediera. Sin embargo, esta eventualidad nunca se ha dado.
El Archivo Histórico Provincial de Cuenca se encuentra en un edificio que fue conocido como ‘Cárcel’, el último uso que tuvo antes de ser rehabilitado y reconstruido entre 1985 y 1990 para funcionar como Archivo. Este espacio ha tenido diferentes funciones a lo largo de la historia, desde ser sede de la Corona y del Consejo de la Suprema y General Inquisición, hasta operar como cuartel durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas.
Desde la Edad Media, se han registrado descripciones de geógrafos árabes que subrayan la importancia del lugar donde se edificó la alcazaba de Cuenca, que luego se transformó en un castillo cristiano. A lo largo de la Baja Edad Media, la función del castillo se mantuvo, aunque llegó al siglo XVI en un estado bastante deteriorado por los acontecimientos de los cuatro siglos anteriores.
En la Edad Moderna, el edificio fue destinado al Tribunal de la Inquisición de Cuenca, con la cesión oficial del castillo a este tribunal, establecida por Felipe II el 30 de septiembre de 1574. El tribunal permaneció en el lugar hasta la llegada de las tropas francesas en 1808, que lo abandonaron tras ser utilizado como cuartel.
La Guerra de la Independencia dejó una profunda huella en este edificio, con numerosos destrozos causados por el ejército francés. Aunque se realizaron reparaciones, la supresión del Tribunal de Cuenca fue inminente, llevando a la nacionalización del edificio. Durante las Guerras Carlistas, también fue ocupado por tropas, causando más daños.
En 1862, el edificio fue subastado, pero no fue adjudicado, quedando como propiedad de la Hacienda. Durante el siglo XIX, el sitio experimentó varias reformas, convirtiéndose en cárcel del Partido Judicial de Cuenca en 1890.
En el siglo XX, continuó funcionando como prisión provincial hasta 1972, sufriendo un deterioro significativo en su estructura tras su abandono. A lo largo del siglo anterior, se realizó una gran reforma en 1950 para su mantenimiento como prisión.
Finalmente, surgió la necesidad de hallar un nuevo espacio para el Archivo Histórico Provincial, que compartía instalaciones con la Biblioteca Pública en la Casa de Cultura. Se eligió el antiguo Castillo como su destino final. Las obras de rehabilitación comenzaron en 1985, y el Archivo se inauguró en mayo de 1991. En 2007, el edificio fue distinguido como la mejor obra rehabilitada en Castilla-La Mancha en los últimos veinte años.