Guadalajara, 5 de julio de 2017.- La Unidad de Día de la sección de Geriatría del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha participado en el proyecto MID Frail, un ensayo clínico internacional para evaluar el efecto de la actividad física, la educación y la modificación de los objetivos terapéuticos en personas mayores con diabetes.
Coordinado por el Hospital Universitario de Getafe, el estudio ha implicado a más de mil pacientes y profesionales de 75 centros sanitarios, tanto hospitales como de Atención Primaria, de Francia, Bélgica, Reino Unido, Italia, República Checa, Alemania y España, y ha sido financiado por la Comisión Europea a través del séptimo Programa Marco de Salud. En el caso del Hospital de Guadalajara, la investigadora principal ha sido la doctora Mercedes Hornillos.
El objetivo era el de evaluar la efectividad de una triple intervención sobre la evolución funcional y la calidad de vida de ancianos frágiles con diabetes tras un año de seguimiento. La intervención se basaba, por un lado, en un programa de ejercicio de fuerza de miembros inferiores, un programa educacional y un reajuste de los objetivos terapéuticos de control de los niveles de glucosa y de presión arterial.
Como ha explicado el jefe de la sección de Geriatría del Hospital de Guadalajara, Juan Rodríguez Solís, los resultados “son prometedores y muestran una mejoría en la escala SPPB”, un test que mide la capacidad funcional de las personas mayores (equilibrio, marcha, fuerza y resistencia). Esto es, según los primeros datos del estudio, la práctica de ejercicio físico, la educación y un mejor control de la diabetes mejoran la funcionalidad de los mayores.
En este sentido, como ha destacado el doctor Rodríguez Solís, la sección de Geriatría del Hospital de Guadalajara, a través de la Unidad de Prevención de Caídas de la Unidad de Día, apuesta por la labor asistencial e investigadora en este campo, comprobando la eficacia del ejercicio para la prevención de un problema de gran prevalencia como es el de caídas en el paciente anciano.
Hasta ahora, existen pocos estudios que se hayan centrado en el efecto de intervenciones sobre esta población, tanto aisladas como multicomponente, pese a que la diabetes afecta al 40 por ciento de personas mayores de 65 años y conlleva un descenso de la reserva funcional, conocida como fragilidad, que en último término, y “si no se interviene a tiempo, desembocará en discapacidad y finalmente en muerte”.
El estudio MID Frail abre el camino a nuevos programas de investigación, algunos ya en marcha, dirigidos a población anciana frágil en los que se incluye el ejercicio como una de las estrategias más útiles para prevenir y retrasar el desarrollo de discapacidad en los ancianos.
En los próximos meses se darán a conocer los resultados detallados de dicho estudio a través de congresos, publicaciones y medios de comunicación.