La precuela de la exitosa serie de fantasía Juego de Tronos (2011-2019), no solo explora las luchas de poder dentro de una dinastía de jinetes de dragones, sino que también presenta una narrativa feminista, según sus creadores y protagonistas. La segunda temporada, que se estrena en HBO y HBO Go el 17 de junio, continúa la saga de la Casa Targaryen, dos siglos antes de los eventos de Juego de Tronos. La serie aborda las complejidades de las relaciones de poder y cómo estas afectan a las mujeres en un mundo dominado por hombres.
La reina viuda, Alicent Hightower (Olivia Cooke), y la reina Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy) enfrentan un creciente distanciamiento desde que Alicent se casó con el difunto padre de Rhaenyra, el rey Viserys (Paddy Considine), y el reclamo de su hijo Aegon (Tom Glynn-Carney) al trono comenzó a rivalizar con el de Rhaenyra.
Luchas de poder y feminismo en La Casa del Dragón
Condal explica que, aunque estas mujeres poseen grandes privilegios y poder, siguen siendo mujeres en un mundo que rechaza su valor como líderes militares, gobernantes y soberanas. En la primera temporada, vimos cómo estas presiones afectaron a Alicent y Rhaenyra. En la segunda temporada, con Rhaenyra como reina y Alicent desplazada por la ascensión de su propio hijo al trono, estas dinámicas se intensifican.
Los fans pueden esperar ver a Westeros al borde de una guerra civil sangrienta, con los Consejos Verde y Negro luchando por el rey Aegon y la reina Rhaenyra, respectivamente. La actriz inglesa Olivia Cooke señala que “continúa siendo casi imposible gobernar” si eres mujer en Westeros, y describe cómo poner a las mujeres en un pedestal a menudo resulta ser condescendiente. Cooke comenta que los hombres buscan dejar un legado, mientras que las mujeres deben manejar las consecuencias y ejercer su influencia de manera más sutil.
Las dinámicas de poder entre Alicent y Rhaenyra
La relación entre Alicent Hightower y Rhaenyra Targaryen es central en la narrativa de La Casa del Dragón. Ambas mujeres, aunque poderosas, deben navegar en un mundo que las subestima constantemente. Olivia Cooke menciona que la percepción de Rhaenyra como una gobernante temporal subraya la resistencia del patriarcado a aceptar a una mujer en el trono.
Phia Saban, quien interpreta a Helaena Targaryen, hija de Alicent, destaca que esta lucha de poder no es nueva en la Casa Targaryen. La historia de la princesa Rhaenys Targaryen, conocida como la Reina Que Nunca Fue, es un claro ejemplo de cómo las mujeres han sido sistemáticamente excluidas del poder. Esta temporada promete explorar aún más estas tensiones y mostrar cómo las mujeres en Westeros utilizan su ingenio y habilidades para influir en un mundo que las relega.