La residencia de salud mental que va a albergar el conocido como Hospitalito del Rey, en el Casco histórico de Toledo, acogerá a los primeros usuarios en el mes de febrero. Tendrá un sistema de gestión mixto, que combinará personal externo con el de la Fundación Sociosanitaria que estará al frente de la dirección, y contará con servicio de enfermería.
Así lo ha avanzado a Europa Press la directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, Maite Marín, que ha dado cuenta del largo proceso administrativo y de remodelación que este edificio histórico ha tenido que encarar desde que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunciase en junio de 2021 su reacondicionamiento.
«Además de la cesión de la Junta a la Fundación Sociosanitaria para su gestión, ha habido que volver a rehabilitar este centro, después de tres años cerrado, del paso de Filomena y de una DANA. Pero las obras ya están ejecutadas y el centro está recepcionado», ha explicado.
Asimismo, se han cerrado ya las adjudicaciones de los servicios de recepción y telefonía, de lavandería y cocina, y el de personal de cuidado, de tal modo que queda por licitar el de mantenimiento, «el más complicado». «Está previsto que todas las adjudicaciones estén cerradas en diciembre», ha adelantado.
Al tiempo que se ha puesto a punto el edificio, la Fundación Sociosanitaria ha contactado con los posibles usuarios y familiares interesados en solicitar una plaza en este dispositivo. Al no contar el Área Sanitaria de Toledo con una residencia específica, un total de 30 personas con enfermedad mental de esta zona están en centros de Albacete, Cuenca o Talavera de la Reina.
Respecto a la incorporación de los usuarios, que está prevista para febrero, la directora de Humanización y Atención Sociosanitaria ha detallado que será progresiva y de forma semanal, «para ir rodando poco a poco con el equipo».
«Es un proceso muy delicado –ha señalado–. Contamos con los equipos de psiquiatría de los centros con residentes susceptibles de traslado o ingreso inmediato. El acceso a estos dispositivos se hace a través de las comisiones de trastorno mental grave que, integradas por personal de los servicios de psiquiatría, asociaciones de pacientes y delegaciones provinciales de Bienestar Social, valoran las necesidades de las personas, el recurso más adecuado y la prioridad a la hora de acceder a él. Si estas comisiones determinan que los usuarios pueden ingresar de forma preferente en este dispositivo, se habla con la familia y con el paciente».
«Con los servicios de Psiquiatría de Toledo se van reunir para cambiar las historias clínicas y los profesionales de referencia de los usuarios. También con el equipo de Atención Primaria del Centro de Salud del Casco, para que puedan coordinarse con la plantilla de esta residencia, que tendrá personal de enfermería», ha añadido Marín, que ha precisado que es la primera vez que la Fundación Sociosanitaria va a contratar a personal de enfermería para un centro de estas características.
EL COVID Y EL INCREMENTO DE LA ENFERMEDAD MENTAL, DETRÁS DEL CAMBIO
En otro orden de cosas, Maite Marín ha asegurado que el cierre de la residencia que la Asociación de Familiares, Amigos y Personal con Enfermedad Mental Afaem Despertar gestionaba en la localidad toledana de Camarena no ha influido en el cambio de uso del Hospitalito del Rey.
«Cuando conocimos que estaba en concurso de acreedores, no hubo nada que la Consejería pudiese hacer. Solo acompañar a las personas que estaban siendo atendidas en Camarena al nuevo recurso al que decidieran ir, porque se respeta la autonomía de los pacientes. El proceso se hizo con mucho cuidado. Algunos pacientes fueron reubicados en la residencia para personas con enfermedad mental de Alcázar de San Juan y otros en la residencia de mayores que gestiona la Fundación Carmen Arias de Socuéllamos, porque eran mayores de 55 años. No ha llegado malestar ni por parte de los centros a los que han llegado ni de las familias. Por supuesto, a todos ellos se les ha ofrecido la opción de volver a Toledo», ha aclarado.
La pandemia y la necesidad de dotar de un recurso de este tipo al área sanitaria más poblada de la región como es la de Toledo, que carece de él, sí han tenido mucho que ver en la controvertida decisión del Ejecutivo regional de reorientar el uso de este histórico edificio del barrio antiguo toledano.
«Tras la experiencia del COVID, es impensable que una residencia para 64 personas dependientes no tuviera espacios al aire libre. Se les condena a no salir del centro. Además, la accesibilidad al edificio para el transporte adaptado es muy limitada», ha precisado.
«También hay que reflexionar sobre otro de los efectos que ha dejado la pandemia, como es el incremento de las enfermedades de salud mental y la rebaja de la edad a la que empiezan a aparecer. Por ello, ¿qué mejor que convertir el Hospitalito en un centro del siglo XXI altamente especializado que va a ser referente regional en salud mental?».
«Es una lotería para Toledo. ¿Por qué negar un proyecto que implica dotar al casco de un dispositivo con las características que va a tener este centro, en un edificio histórico que es patrimonio de todos, no solo de la ciudad de Toledo?», ha puntualizado la responsable regional de Humanización y Atención Sociosanitaria, que ha añadido que esta residencia contará con espacios para abordar la formación, la sensibilización, el arte o el ocio, todo ello de la mano del movimiento asociativo.
Por ello, se ha mostrado muy crítica con el rechazo que este proyecto ha generado entre la vecindad del barrio antiguo y la Corporación municipal que, de forma unánime y reiterada, ha vuelto a pedir que este edificio reabra como residencia de mayores.
«¿Cuál es el problema? El Gobierno regional ya ha ofrecido al Ayuntamiento hacer otro recurso» ha recordado Marín, que ha explicado que las personas usuarias de esta residencia, pese a tener una dependencia psicosocial porque no pueden «gobernarse» solas, están estabilizadas. «Van a estar atendidas los 365 días del año las 24 horas del día por profesionales de muy alta cualificación. Estas personas están preparadas y la sociedad también, o tiene que estarlo», ha advertido.
«Es hora de que enseñemos a los ciudadanos que no son las mismas personas con patología mental de hace 30 años. Tienen una vida autónoma. En algunos casos estudian o trabajan, o incluso tienen pareja. Después de haber trabajado con ellos, es hora de que se produzca su integración a nivel laboral, social o de ocio. Estamos para favorecer la autonomía de las personas, no para coartarla».
Por todo ello, la responsable castellanomanchega de Humanización y Atención Sociosanitaria ha mostrado su intención de reunirse con cualquier colectivo o asociación para informarles sobre lo que implica este recurso para personas con enfermedad mental, con la clara disposición de «abrir horizontes y sumar a esta causa, que es la de todos».