El programa El Hormiguero y el nuevo show de David Broncano, La Revuelta, han escalado a ser protagonistas de un marcado enfrentamiento en el panorama televisivo español, reflejando la creciente división política en el país. Este fenómeno ha captado la atención del diario británico The Times, destacándolo dentro de las “guerras culturales” que actualmente dividen a España. La controversia ganó intensidad tras alegaciones desde El Hormiguero que sugerían el fichaje de Broncano por Televisión Española como una acción directa del Gobierno de Pedro Sánchez, algo que Broncano desmiente.
La polémica tomó fuerza cuando colaboradores de El Hormiguero, como Cristina Pardo y Juan del Val, insinuaron una interferencia política del Gobierno para posicionar a Broncano en TVE, con el fin de disputar a Pablo Motos su liderazgo en el horario de máxima audiencia. Estas acusaciones han tenido un fuerte impacto, llevando la discusión al ámbito político con preguntas en el Parlamento sobre la posible intervención del Gobierno en la programación de RTVE, y dejando en evidencia la pugna por la audiencia, con La Revuelta imponiéndose en la mayoría de los encuentros directos contra El Hormiguero.
El debate se extiende a la independencia de RTVE, con críticas de Motos sobre la gestión de la cadena, acusándola de comprometer su prestigio. Asimismo, la situación ha originado un debate público sobre la financiación de la televisión pública y su uso, avivando las discusiones sobre la polarización mediática y política en España. Según The Times, esta división se refleja también en la audiencia de ambos programas, identificando a los seguidores de La Revuelta con tendencias hacia la izquierda y a los de El Hormiguero con la derecha.