La poesía, la música y el arte se colaron en la Alhóndiga de Villanueva de los Infantes, de la mano del Grupo Oretania con “Acordes con la palabra”

El recital poético musical “Acordes con la palabra” del Grupo Oretania, celebrado el pasado viernes en la Alhóndiga de Villanueva de los Infantes, fue mucho más que simples versos y melodías. Fue un encuentro único en el que la poesía y la música se entrelazaron para crear una experiencia sensorial inolvidable. Los poetas y artistas participantes lograron transmitir emociones y sentimientos a través de sus creaciones, transportando al público a un mundo de belleza y creatividad.

El encanto y la belleza del emblemático escenario de la Alhóndiga, con sus piedras centenarias, transmitieron un cierto halo de misterio, que envolvió de sonoridad y recogimiento la primera intervención musical de la tarde noche, a cargo del también infanteño, Vicente Castellanos Gómez, que hizo aflorar las primeras emociones de la velada.

La bienvenida estuvo a cargo del concejal de Cultura y Turismo, Francisco Javier Peinado, quien, agradeció al Grupo Oretania haber elegido un sitio “tocado por las musas” para el recital y parafraseando un poco el título del libro, dijo que, “los Infantes están muy acorde con la palabra”, tras los que dio la bienvenida, a los allí presentes, a la “última morada de Quevedo. Villanueva de los Infantes, ha inspirado a grandes nombres de literatura universal, como Cervantes, López de Vega, Azorín, también estuvo aquí Lorca y como decía el gran López de Vega, “llámese Villanueva de las Musas. Y no de los Infantes Villanueva”. Por lo tanto, aquí siempre se ha tenido ese vínculo muy estrecho relacionado con los escritores que vieron en los Infantes una fuente de inspiración”.

El edil de Cultura, aseguró que “que estamos en un buen momento de evolución artística y de creación poética. Está surgiendo un grupo de poetas manchegos que están dando lo mejor de sí. Y creo que se está haciendo historia, dentro de unos años se recordará este momento como un momento de evolución. Un momento de gran creación literaria y artística. Y creo que Infantes va a ser un punto bastante relacionado con este movimiento, en el que estáis todos vosotros”.

Por su parte, el coordinador del evento, el poeta solanero Luis Díaz-Cacho Campillo, aseguró que “la música ha estado presente en nuestras vidas desde el origen del ser humano. Quizás, la primera nota fuese un grito, gutural, agudo, pronunciado por una mujer. Un grito que sorprendió a todos los de alrededor por lo desconocido hasta entonces, para ir derivando después en un susurro y más adelante en la primera nana”.

El coordinador del XVI Encuentro Oretania de Poetas, que “está dedicado a la música”, se remontó al año 2009, cuando “de la mano de mi querido amigo, editor y director del Grupo Oretania, Julio Criado, pretendíamos poner en valor la palabra, visualizar a las poetas y los poetas de la provincia de Ciudad Real y manifestar nuestro compromiso con la cultura en tiempos en los que los recortes de los presupuestos de cultura eran lo habitual ante las crisis económicas y financieras en todas las administraciones de este país”.

Para Díaz-Cacho “la música es parte indisoluble de nuestras vidas. ¿Quién no conserva en su memoria aquellas primeras canciones que nos acercaron a la persona amada? ¿Aquellos primeros cantautores y grupos musicales que nos definieron en nuestra manera de ser? ¿Quién es capaz de pasar un día sin tararear alguna canción? Somos la música que hemos escuchado, las baladas que nos han acurrucado, los silencios que nos han condicionado”.

Cabe decir que entre el público asistente se encontraba, entre otros, la ilustradora de “Acordes con la palabra” y creadora de la portada del libro, la artista plástica, Olga Alarcón, para la que tanto María de Toro y Luis Díaz-Cacho tuvieron palabras de elogio. El poeta Jesús Lara y también estuvo presente la poeta y escritora, Eloísa Pardo, autora del exitoso poemario infantil “Besitos y Versitos”, además de los editores Julio Criado y María Jesús Gallego, quienes agradecen al ayuntamiento, en la persona de su concejal de Cultura, Francisco Javier Peinado “Fran”, la amable atención dispensada.

En el libro “Acordes con la palabra” han colaborado veintiséis poetas y cantautores de la provincia ciudadrealeña, en Infantes, han participado una representación de ellos compuesta por Luis Romero de Ávila, Eusebio Loro, Marciano Sánchez Cabanillas, Natividad Cepeda, Antonia Piqueras, Juan José Guardia Polaino, Teresa Sánchez Laguna y el propio Luis Díaz-Cacho. El recital poético tuvo el magnífico acompañamiento musical, de la mano de Vicente Castellanos y de María de Toro, quien a la finalización de la intervención interpretó de forma personal un bello poema de Luis Díaz-Cacho, impresionando con su voz a todos los presentes.

El evento, pensado para que todo el mundo pueda disfrutarlo, tuvo entrada libre, llegando casi a completar el aforo previsto. El primer poeta en recitar sus composiciones fue, Luis Romero de Ávila, quien dedico su soneto “Zarzuela” a María de Toro, felicitando a ambos cantantes por sus extraordinarias intervenciones. Romero de Ávila, dio paso a Antonia Piqueras, quien dedicó su primer poema a Damaso Jiménez García, “Maestro Dámaso” (abuelo de la autora) y fundador, entre otras cosas, de la Escuela de Música de Villamanrique.

El siguiente turno de la primera ronda de recitaciones, fue para el poeta Juan José Guardia Polaino, infanteño de nacimiento y valdepeñero de adopción, quien recientemente ha presentado en ese mismo lugar su último poemario “Los exilios de la sangre”. Polaino leyó el poema “Cantata profana para llamar a la música”, dedicado a sus padres, pues el poeta nació “en una casa sin música”. Eusebio Loro recitó dos de sus poemas del libro, “La música suena a paz” y “Una nana para mi niño”.

Una nueva intervención de Vicente Castellanos y María de Toro, dio paso a la siguiente ronda de recitaciones, que la iniciaba la poeta de Valdepeñas, Teresa Sánchez Laguna, autora del cuento infantil “Pinzón y Azulita”, aún pendiente de presentación, recitó el poema “Es primavera que sonríe”.

El poeta Marciano Sánchez, dijo encontrarse en Infantes como “en mi casa, y me siento en mi casa por amigos y me siento en mi casa por la tierra. Yo escribí aquí dos poemas, uno de ellos a un 127 y otro que me musicaron y nos dieron el premio Javier Segovia. Así es que creo que no hay maridaje mejor, no hay matrimonio mejor que el acorde y la palabra”. Tras lo que recitó dos poemas, “Canción para una canción” y “Como se me para una canción”.

La poeta de Tomelloso, Natividad Cepeda, autora del libro de cuentos infantiles “Besana. Volver a los aleros de la infancia”, aún pendiente de presentación. Recordó “la primera vez que yo vine aquí hace cuatro décadas, cuarenta años. Vine con el grupo Jaraíz y curiosamente, Inocente Picazo, tocaba la guitarra y yo declamé un poema a la guitarra. Después he venido muchas más veces y yo recuerdo que entonces, aquella noche, este edificio me pareció enorme y sentí como si las piedras nos estuvieran hablando de muchas vidas. Es una sensación que a veces siento en algunos lugares. He conocido a mucha gente que ya no están infantes y a otros que ahora sí están, maravillosos”.

Para Cepeda, la poesía “ha sido un camino de conocimiento de diferentes personas y sobre todo creo que la poesía también es espiritual y da paz, también puede ser social y denunciadora. Creo que, si un poeta no denuncia, no siente todo lo que ocurre a su alrededor, entonces no hay poesía. Natividad declamó el poema “El Tocadiscos Rojo y Blanco del Alaska”. Y aclaró que el Alaska “era un bar donde realmente yo escuchaba la música más norteamericana, más francesa, más italiana en mi infancia”.

El último de los poetas en declamar sus creaciones fue Luis Díaz-Cacho, que aprovechó la ocasión para elogiar a la ilustradora del libro, “que no sería lo que es sin la creatividad y las ilustraciones de mi querida Olga Alarcón. Magnífica creativa y pintora todo un referente en la pintura nacional”. Y recitó el soneto “Aletean los instantes de la nota”. El broche de oro lo puso las bellas interpretaciones de Vicente Castellanos y María de Toro.

En conclusión: fue un evento muy bien organizado, que hizo las delicias de los presentes, con variedad, que no se hizo ni largo ni pesado en ningún momento. Destacando sobre todo el lugar, la Alhóndiga, que conquistó completamente a los que aún no habían tenido el privilegio de visitarla, algo que es recomendable hacer cuando se visite la localidad y también, como no, la profesionalidad de todas y todos los poetas y artistas, que demostraron mucha cercanía, complicidad y buen hacer. Después del recital, en un bello y tranquilo rincón de la plaza del Doctor Alberdi, los participantes tuvieron su momento de hermandad al aire libre. Alargando la cálida noche infanteña impregnada de magia y ensoñaciones pasadas.

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