El Gobierno de Castilla-La Mancha ha resaltado la importancia de la candidatura del ‘Paisaje Dulce y Salado’ de Sigüenza y Atienza como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Consideran que esta nominación representaría una oportunidad para revitalizar y transformar un extenso territorio cargado de historia en una parte despoblada de España.
Durante la participación en la 93 edición del Consejo de Patrimonio Histórico celebrado en Bilbao, la viceconsejera de Cultura y Deportes, Carmen Teresa Olmedo, destacó el compromiso de su gobierno con este proyecto estratégico de región. Desde que fue incluido en la Lista Indicativa Española en 2022, la candidatura ha avanzado bajo la dirección adecuada.
La viceconsejera también explicó el plan estratégico que se implementó en 2021, el cual sentó las bases para mejorar los espacios, promocionar la candidatura, investigar y proteger el patrimonio que la compone, así como delimitar su alcance.
«Estamos muy orgullosos de esta candidatura y del potencial que representa», enfatizó Carmen Teresa Olmedo. Además, agregó que la concepción de esta candidatura ha contribuido indirectamente a construir la imagen de una región que a menudo va más allá de las fronteras geográficas y jurídicas.
El ‘Paisaje Dulce y Salado’ de Sigüenza y Atienza se encuentra en la paramera de Sigüenza, que se extiende entre el Sistema Central y la Cordillera Ibérica. La interacción entre los seres humanos y este excepcional espacio natural ha creado un ecosistema único que se ha conservado desde la Edad Media prácticamente sin modificaciones.
El área incluida abarca desde el Parque Natural del Barranco del río Dulce al sur, hasta la villa de Atienza y el río Salado al norte, cubriendo una superficie de 219 kilómetros cuadrados. Este paisaje es una de las representaciones más destacadas e intactas de su tipo en la península ibérica.
Los paisajes culturales son una forma de patrimonio que ejemplifican la relación entre el ser humano y la naturaleza. Representan la evolución de la sociedad a lo largo del tiempo, influenciada por las características físicas del entorno natural y por las fuerzas sociales, económicas y culturales.
La declaración de este ‘Paisaje Dulce y Salado’ como Patrimonio Mundial subrayaría su valor y su riqueza tanto en aspectos naturales como culturales. Además, impulsaría el desarrollo socioeconómico de la región, atrayendo a turistas interesados en descubrir la historia y la belleza de este territorio único.
En conclusión, la candidatura del ‘Paisaje Dulce y Salado’ de Sigüenza y Atienza como Patrimonio Mundial por la UNESCO es una oportunidad excepcional para revitalizar una región despoblada, resaltar su historia y contribuir al desarrollo de la zona. Esta nominación reconoce el valor de la interacción entre los seres humanos y el entorno natural, así como la importancia de preservar y proteger este valioso patrimonio.