En una condena global creciente hacia la situación en la Franja de Gaza, expertos de las Naciones Unidas han elevado la voz este martes al denunciar una situación gravemente alarmante: niños palestinos muriendo por hambre y malnutrición, un terrible reflejo de cómo la hambruna ha devastado de norte a sur la región. En un informe detallado, que incluye angustiosos casos como los de Fayez Ataya, un bebé de apenas seis meses, Abdulqader Al-Serhi de 13 años, y Ahmad Abu Reida, de nueve años, quienes sucumbieron entre el 30 de mayo y el 3 de junio pese al tratamiento médico recibido, las Naciones Unidas confirman sin lugar a dudas que la hambruna no conoce límites dentro de la asediada Franja de Gaza.
Michael Fakhri, relator de la ONU para el derecho a la alimentación, junto a otros 10 expertos, han subrayado la llegada de la hambruna a las secciones central y meridional de Gaza, marcando una expansión del desastre que se cobra cada vez más víctimas. El grupo de trabajo acusó a Israel de propiciar intencionalmente esta crisis humanitaria, calificándola de violencia genocida en contra de la población palestina. Mientras se discuten estas acusaciones a nivel internacional, el Ejército israelí no ha cesado sus operaciones militares, incluso en áreas recientemente declaradas «zonas seguras» por el propio Israel, exacerbando aún más la situación de los civiles atrapados en medio del conflicto.
En medio de este panorama dantesco, al menos 50 personas han perdido la vida en las últimas 24 horas debido a los recientes ataques, y otras 130 han resultado heridas, de acuerdo con cifras proporcionadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza. Esto eleva la cifra total de heridos a 88,033, mientras que la búsqueda de supervivientes continúa obstaculizada por los escombros que cubren a miles de víctimas aún sin rescatar. La violencia no discrimina y se extiende desde el norte de Gaza hasta su extremo sur, incluidas áreas densamente pobladas como la ciudad de Gaza y Rafah, además de campamentos de refugiados que han sido escenarios de algunos de los más recientes y brutales ataques.
El Ejército israelí, por su parte, afirma haber neutralizado a «más de 150 milicianos» en recientes combates, especialmente en el área de Shujaiya, aunque estas cifras y operaciones son difíciles de verificar de manera independiente dadas las restricciones al acceso y cobertura mediática en la región. Mientras tanto, el mundo observa el desenvolvimiento de una crisis que trasciende el campo de batalla para anclar en la urgente necesidad de una solución humanitaria que detenga el sufrimiento de los más vulnerables, especialmente los niños de Gaza, cuyas muertes por desnutrición y falta de recursos básicos marcan un punto de inflexión crítico en un conflicto de larga duración.
