La Nueva Sobriedad: Cómo los Jóvenes Europeos Están Cambiando las Normas del Consumo de Alcohol

En una sociedad donde el consumo de alcohol se considera casi un rito de paso hacia la adultez, personas como Francisco Zambrana, de 25 años, deciden tomar un camino menos transitado. Su elección de vida, cimentada en la preocupación por la pérdida del control y la concienciación sobre los efectos nocivos del alcohol en la salud, refleja un cambio generacional que se está gestando en España y más allá de sus fronteras. A pesar de la prevalencia del alcohol en la cultura española, donde un 64,5% de las personas de entre 15 y 64 años reportan haber consumido alcohol en el último mes, una mirada más atenta revela un descenso en su consumo, en particular entre las generaciones más jóvenes.

Este fenómeno no es exclusivo de España. La tendencia a la baja en el consumo de alcohol se observa en toda Europa, aunque el continente sigue liderando las estadísticas de consumo a nivel mundial. De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo se ha reducido medio litro por persona en la Unión Europea entre 2010 y 2020. Sin embargo, es en la generación Z donde este cambio se manifiesta con mayor claridad. Iniciativas de salud pública y una creciente presencia de referentes en redes sociales que promueven estilos de vida saludables juegan un papel crucial en esta transformación.

Beatriz Martín Padura, directora general de FAD Juventud, subraya que, aunque la disminución en el consumo es motivadora, aún queda mucho trabajo por hacer. Los datos recientes muestran que tres cuartas partes de los estudiantes de 14 a 18 años en España admitieron haber consumido alcohol en el último año. La influencia de las redes sociales, dice Martín Padura, está ayudando a cambiar la percepción y los hábitos de consumo entre los jóvenes, ofreciendo un apoyo y reflejo en quienes deciden no consumir o hacerlo de manera responsable.

En otros países, como la República Checa, famosa por su alto consumo de cerveza, la generación Z está liderando un cambio hacia opciones menos alcohólicas o directamente sin alcohol. Esto ha resultado en una innovación en el mercado cervecero, con la aparición de productos más ligeros y con sabores alternativos que buscan atraer a los consumidores más jóvenes. A nivel más individual, historias como la de Tereza, una joven checa que decidió dejar el alcohol por su salud mental, ilustran la creciente concienciación sobre los efectos del alcohol en el bienestar general.

Francia, conocida por su cultura vinícola, también está viendo un giro en los hábitos de consumo de alcohol. El auge de las bebidas «No Lows», con poco o ningún contenido alcohólico, está ganando popularidad especialmente entre los jóvenes de 18 a 25 años. Este cambio de tendencia se alinea con un mayor enfoque en la salud y el bienestar, y una disminución en las oportunidades de consumo debido a la pandemia y el auge de la interacción social virtual.

Mientras tanto, en Bulgaria y Grecia, el consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes sigue siendo un motivo de preocupación para las autoridades de salud pública. A pesar de que algunos jóvenes, como Dessi en Sofía, reconozcan una tendencia hacia estilos de vida más saludables, el fenómeno del «binge drinking» persiste, indicando que la batalla contra el consumo abusivo de alcohol está lejos de ganarse.

Estas tendencias resaltan un cambio en la relación de las nuevas generaciones con el alcohol, influido tanto por el contexto social como por la creciente priorización de la salud mental y física. Aunque queda mucho camino por recorrer, las historias de individuos que eligen alejarse del alcohol, y las cifras que respaldan un cambio generacional, son un recordatorio de que es posible redefinir las normas culturales relacionadas con el consumo de alcohol.

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